Gastronomía con siglos de historia
Hay que elegir una olla, introducir en ella una porción de tradición culinaria árabe y otra de la roma clásica. Después, acompañar con productos del más tradicional recetario campesino de pastores y labradores, encender una buen lumbre y cocinar a fuego lento. El resultado es la base de la gastronomía de Castilla-La Mancha. Una gastronomía que ha tenido un como catalizador universal la figura de Don Quijote, cuya dieta conviene recordar: “Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas os viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda…”.
Desde las altas sierras del norte de Guadalajara, hasta las rañas de Ciudad Real, pasando por las llanuras manchegas de Cuenca, Toledo y Albacete. También por las serranías conquenses y albaceteñas, por los valles del Tajo o el Guadiana y por las ciudades y pueblos de esta región. El viaje que nos ofrece la gastronomía castellanomanchega nos destapa una tradición culinaria de origen rural y pastoril, de respeto a la tradición, de calidad y variedad de sus materias primas que ha sabido, en el arrollador y vertiginoso siglo XXI, ponerse a la altura de las mejores del mundo. Este viaje culinario acumula los adjetivos de un recetario enérgico, nutritivo, humilde, virtuoso, recio, rico, casero, sencillo y sabroso, que rinde tributo de manera honesta a la tradición y el origen. Una cocina auténtica y con carácter. Una gastronomía al servicio del tiempo de extraordinaria riqueza y diversidad.
La gastronomía castellanomanchega está repleta de ingredientes únicos
La gastronomía de Castilla-La Mancha se nutre de algunos productos y alimentos que configuran el suculento armazón de sus despensas, y que muchas veces sin saberlo, estarán presentes en los platos degustados por el visitante.
Hablamos del aceite de oliva, un lujo para la cocina y un deleite milenario; el azafrán, el “oro” rojo de La Mancha; el queso manchego, de sabor y propiedades únicas; el cordero manchego, tierno y suave; el ajo morado de Las Pedroñeras, con su sabor intenso y sus beneficiosas propiedades; el melón de La Mancha, jugoso y versátil; la berenjena de Almagro, deliciosa y única; la miel, fina y cremosa; el mazapán de Toledo, exquisito dulce de larga tradición; el arroz de Calasparra, sabroso y delicado; o el pan de Cruz, de fina corteza y consistente miga.
Además, siempre hay hueco para las carnes de vacuno, de caza (conejo, liebre, ciervo, jabalí), jamones, champiñones, pimientos, espárragos, tomates, albaricoques, cebollas, truchas, lentejas, garbanzos, judías, habas y guisantes, por citar sólo algunos de los productos que aquí se cultivan y que forman parte de los platos que nutren sus cocinas.
Castilla – La Mancha ofrece una gastronomía única, completa y cautivadora. Acompáñanos en este viaje que iniciamos y permítenos descubrirte los mejores restaurantes y zonas para degustar siglos de tradición culinaria.