Siempre es un buen momento para visitar Asturias. Sus atractivos son incontables, tanto en su litoral como en su interior, encontraremos paisajes naturales únicos que se quedan grabados en la retina. El lugar idóneo para desconectar del ruido y estrés de la ciudad y reconectar con la naturaleza.
Además hay un gran variedad de alojamientos rurales en Asturias, en los que poder disfrutar de una escapada en familia o con amigos con todas las comodidades. Si se viaja con niños o con mascotas, las casas rurales ofrecen más amplitud de espacio y facilidades que los hoteles. Además, permiten vivir una experiencia más singular disfrutando del carácter acogedor de los asturianos y de su deliciosa gastronomía.
Cerca del Parque Nacional de los Picos de Europa, se encuentra no de los destinos donde vivir la Asturias más auténtica, Llanes. Una de las localidades costeras más turísticas. Su pintoresco puerto y su casco antiguo con numerosos puntos de interés como su muralla y un torreón defensivo del siglo XIII; el Palacio de los Duques de Estrada o la iglesia de Santa María del Conceyu; merecen sin duda una visita, pero Llanes esconde otro secreto escondido.
Gulpiyuri, la playa más pequeña del mundo
La localidad acoge un lugar único, Gulpiyuri, considerada una de las playas más bonitas de España, y sin duda una de las más especiales. Al norte de la localidad de Naves, en medio de verdes prados, a unos 100 metros del mar, se encuentra este curioso arenal, la playa más pequeña del mundo. Fue declarada Monumento Natural el 26 de diciembre de 2001.
Se trata de uno de los mejores ejemplos de la impresionante fuerza del Cantábrico, que fue erosionando la roca hasta crear una cueva hacia el interior, cuyo fondo se hundió (un fenómeno conocido como dolina) formando este hueco circular por la que entra el agua de mar según la marea. Y es que este singular arenal interior de apenas 40 metros de longitud no tiene salida directa al mar. Tiene forma de semicírculo cerrado y en su zona más profunda no supera el metro de agua, formando una piscina natural de aguas color turquesa y a resguardo del viento. Sin embargo, durante la pleamar se queda sin apenas arena por un fenómeno denominado desagüe cuando comienza la bajamar.
Gulpiyuri no dispone de ningún servicio tiene un acceso difícil ya que está rodeada por prados a una mayor altitud. Probablemente haya que agradecer a este aislamiento, la ausencia de aglomeraciones y la buena conversación de esta joya natural.
Quienes quieran visitarla, deben dejar el coche en las inmediaciones a unos 100 metros de la nacional 634 y acceder caminando por camino agrícola desde la playa de San Antolín o desde Naves. En el pueblo de Naves hay un gran aparcamiento, en el que se puede dejar el coche durante todo el día por 2€.
Y es por tesoros únicos como Gulpiyuri, que Asturias siempre merece una nueva visita. Un destino lleno de paz con rincones escondidos que permiten desconectar del mundanal ruido y disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.