Inmejorable debut de la sociedad Aardman-Sony con una fábula natalicia que reformula los tópicos del subgénero riéndose de ellos con mucha clase
Arthur Christmas: Operación Regalo borda un equilibrio nada fácil; por un lado respeta escrupulosamente los mandamientos del cine natalicio, la ética entrañable del espíritu navideño para excitar la imaginación de los críos, pero por otro es lo suficientemente iconoclasta como para enturbiar los tópicos ñoños del cine "papanoelesco", de sortear la moralina del anuncio de turrón en el contexto de una Navidad imperfecta, en la que Santa Claus no es un tipo tan ejemplar como parece y en la que el operativo de Nochebuena para repartir regalos por todo el mundo se ha mecanizado y militarizado en exceso, operando, prácticamente, como una industria y, por ello, violando descaradamente los preceptos más elementales de la ética navideña.
Por todo ello la cinta de Sarah Smith se propone diferente, única en su especie, a pesar de abrazar a su bola los clichés atávicos de la vieja fábula-promoción de los valores mercadotécnicos del período. Arthur Christmas: Operación Regaloes animación para toda la familia porque sabe atender con admirable simpatía las demandas de públicos diversos. Sí, por un lado es una exaltación del tradicional espíritu natalicio, pero por otro es sarcástica e incluso ácida.
Pero por encima de todo es una comedia entrañable, pintoresca y descacharrante, en la que la Navidad es la excusa para desplegar un divertidísimo choque generacional, un genuino problema sucesorio y un viaje en trineo aéreo lleno de ocurrentes carambolas. Tanto como para etiquetar Arthur Christmas: Operación Regalo como una de las películas de animación de año.
Lejos de la excelencia, cierto, de los mejores trabajos de la factoría Aardman, la película es, además, un regalo para los ojos; los detalles están cuidadísimos y el entorno digital es el demonio. Aperitivo de la prometedora The Pirates. Band of Mistifs, que será el segundo acto de la nueva sociedad Aardman-Sony, Arthur Christmas: Operación Regalo será, forzosamente, la película navideña de 2011, sorteando hábilmente el azúcar y el almíbar estacional que mancha sistemáticamente las machaconas fábulas navideñas que proliferan por estas fechas.
Lo mejor:
Su sutil derroche de sarcasmo
Lo peor:
Creer que es el típico y tópico elogio fílmico de la Navidad