Reinvención afortunada
En tiempos que incitan al registro de la superproducción a ser inteligente y concienciado, a adular las emociones de los aficionados, lo que genera mamotretos como
Star Wars: Episodio VIII – Los últimos Jedi, ensayos farragosos sobre su propia condición cinematográfica, resulta un alivio toparse con un blockbuster como
Jumanji: Bienvenidos a la jungla, que aboga por la ficción y la imagen desmesurada sin excusas ni concesiones, que confía en el sentido de la maravilla y el ánimo lúdico del espectador. Reformulación de una de las películas más populares de los años noventa, Jumanji (1995), aventura protagonizada por
Robin Williams y efectos digitales de primera generación sobre un juego de mesa cuyo universo salvaje invadía nuestro mundo,
Jumanji: Bienvenidos a la jungla apuesta con éxito a revertir el argumento del cuento y el filme originales para la generación de los videojuegos y los avatares virtuales. Dirigida por Jake Kasdan, habitual de la comedia, la película es un espectáculo que no abruma, un divertimento infantil pero no infantiloide, y una fábula moral, que no moralista, con un reparto muy entonado en el que destacan
Dwayne Johnson y Karen Gillan.
Lo mejor:
La química entre los cuatro intérpretes de los avatares
Lo peor:
La película no juega a ser más de lo que es, lo que hará que muchos la tasen por debajo de lo que vale