Lerín (Navarra)
Santuario de Aránzazu (Gipuzkoa)
En el tranquilo rincón de Oñate, en Gipuzkoa, se encuentra un escenario que parece sacado de las páginas de El Señor de los Anillos, pero sin necesidad de aventurarse a la Tierra Media. Este lugar mágico es el Santuario de Aránzazu, donde la veneración a la virgen de nombre homónimo ha dado vida a una basílica icónica construida en 1950. Más que un simple lugar de culto, esta joya arquitectónica se erige majestuosamente en la entrada del Parque Natural de Aizkorri, añadiendo una dimensión espiritual al paisaje natural circundante.
En el mismo recinto del santuario, la sorpresa aguarda a los visitantes en la forma de «Los apóstoles», una obra maestra escultórica del renombrado artista Jorge Oteiza. Este toque artístico añade otra capa de significado al santuario, fusionando la espiritualidad con la expresión artística en un solo espacio.
Después de explorar este enclave único, bajar al pueblo de Oñate revela más tesoros. Entre ellos, la primera Universidad de Euskadi espera para contar sus propias historias, mientras que la Iglesia de San Miguel se alza como un testigo silencioso de siglos de historia. Así, Oñate ofrece un viaje que va más allá de lo espiritual, explorando también los pilares de la educación y la tradición en un entorno donde la esencia de la Tierra Media se encuentra mucho más cerca de lo que uno podría imaginar.
Elantxobe (Bizkaia)
Imagina un anfiteatro natural esculpido por la naturaleza en las escarpadas laderas del cabo Ogoño, adentrándose audazmente en las aguas del mar. Este es el escenario majestuoso que ofrece Elantxobe, un pueblo que abraza las peculiaridades de su entorno costero.
Las viviendas, como una cascada de colores cálidos, se aferran al terreno en una coreografía arquitectónica única. Los techos rojizos de las casas se agrupan en un intrincado laberinto de escaleras y callejones empinados, creando una estampa visualmente cautivadora. Cada rincón de este pintoresco pueblo vasco se convierte en un mirador hacia el vasto horizonte del Cantábrico.
El encanto auténtico de Elantxobe reside en sus raíces marineras, evidenciadas por la ingeniosa manera en que sus habitantes han aprovechado el accidentado terreno para formar un puerto natural. Quienes buscan la esencia de un auténtico pueblo marinero, lleno de carácter y encanto, encontrarán en sus coordenadas GPS la entrada a un mundo donde el mar y la arquitectura se fusionan en una danza armoniosa.
Parque Natural de Valderejo (Álava)
El Parque Natural de Valderejo, fue oficialmente consagrado en 1992 como un tesoro de la naturaleza. Este valle está abrazado por laderas majestuosas que se elevan hasta culminar en impresionantes formaciones rocosas, siendo el desfiladero del río Purón la joya que destaca en este paisaje cautivador. Pero Valderejo es mucho más que un escenario visualmente impactante; es un oasis de diversidad biológica.
Este parque, a pesar de su modesta extensión, es un crisol de ecosistemas y paisajes que ofrecen una experiencia completa para los amantes de la naturaleza. Desde escarpados roquedales hasta la rica biodiversidad del desfiladero del río Purón, Valderejo se erige como un paraíso compacto pero repleto de vida.
Las posibilidades de aventura en Valderejo son tan variadas como su flora y fauna. Puedes sumergirte en el arte del senderismo, explorar la riqueza ornitológica a través del birding o disfrutar de una escapada familiar llena de descubrimientos. Aunque sus dimensiones puedan parecer modestas, Valderejo ofrece un sinfín de oportunidades para disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión, especialmente entre los bellos escarpes rocosos que invitan a pasar momentos de calidad en compañía de tu familia.
Hondarribia e Irún (Gipuzkoa)
Hondarribia e Irun, ubicadas a escasos minutos de Donostia/San Sebastián, son dos encantadoras localidades que se sitúan en la pintoresca Bahía de Txingudi, justo en la frontera con Francia.
Hondarribia te cautiva con su auténtico sabor marinero, especialmente al recorrer el animado barrio de pescadores, donde deleitarse con pintxos se convierte en una experiencia inolvidable. Las coloridas casas añaden un toque vibrante a las calles, y el paseo por el Casco Histórico, con su Parador y sus plazas coquetas, te sumerge en la rica historia de la región.
Irun, por otro lado, te invita a explorar su Museo Oiasso de la Romanización, una ventana al pasado que revela la fascinante historia de la zona. Pero la ciudad también es un paraíso para los amantes de las compras, con más de 1,200 comercios, 4 espacios comerciales y 2 mercados de productos frescos.
En diciembre, la Damarri Plaza de Hondarribia cobra vida con la Feria de productos del caserío, una celebración que permite degustar auténticos productos locales.
En conjunto, estas dos localidades ofrecen una mezcla única de historia, gastronomía y oportunidades de compras en un entorno que combina la serenidad del mar con la vitalidad de la vida urbana.