Con la espléndida partitura de Marvin Hamlisch, este musical vibrante va a hacer que, entre el 6 y el 16 de febrero, el Arriaga emule al Shubert, el legendario teatro de Broadway, por cuyo escenario han pasado grandes musicales como Oliver, Chicago, Spamalot o Hello, Dolly! Y en esa venerable tarima permaneció A Chorus Line durante 6137 representaciones, entre 1975 y 1990. Fue record absoluto y ganó un montón de Tonys y muchos otros premios. La producción que se presenta en Bilbao es de envergadura, de eso se ha encargado Antonio Banderas, responsable entusiasta de poner en escena con credibilidad y rigor todo un clásico del teatro musical, en su día montado en Nueva York por Michael Bennett.
Teatro dentro del teatro
Actrices y actores que hacen el papel de actrices y actores que aspiran a formar parte de esa línea de coro de un musical, cuyo director es un perfeccionista implacable. Quiere decirse que el reparto al completo –el de verdad, no el del libreto (que también)– debe saber actuar, cantar y bailar (¡y cómo!) con un altísimo nivel de exigencia. Así está el tema. Y después de tanto esfuerzo, el que se lleva la recompensa es… el público; of course. Espectáculos como este genuino musical de Broadway no levantan el telón todos los días.
A Chorus Line, Más de 40 año de historia
Antonio Banderas y el Teatro del Soho CaixaBank traen al Arriaga, A Chorus Line, el aclamado musical de Broadway que estuvo 15 años seguidos en cartel y que, entre otros galardones, obtuvo nueve premios Tony y un Pulitzer.
Este espectáculo supuso un cambio de paradigma en cuanto a su concepción, pues se inspiró en las experiencias reales de los miembros del reparto original. La producción que llega al Arriaga está dirigida y coreografiada por Baayork Lee y codirigida por el propio Antonio Banderas.
A chorus line cuenta con 26 intérpretes en escena, un reparto de primer nivel encabezado por el actor Pablo Puyol, quien se mete en la piel de Zach (papel que en Málaga ha interpretado Antonio Banderas). Y, por supuesto, en un gran musical no podía faltar una gran orquesta en directo, integrada por 15 músicos bajo la dirección musical de Arturo Díez Boscovich.