Alba Martín
En pleno corazón de Bilbao, en Colón de Larreátegi, 13, nació hace 117 años Café Iruña. En 1981, Iñaki Aseguinolaza se hizo con las riendas del establecimiento que actualmente gestionan su viuda y sus hijos. Ahora, tras una reforma doble, reabre sus puertas manteniendo esa esencia tan característica de principios del siglo pasado, pero adaptada a la actualidad. Por ello, a día de hoy sigue siendo uno de los puntos de referencia de la ciudad.
Gaizka Aseguinolaza, que gestiona el establecimiento junto a su madre y su hermana, cuenta que se han realizado dos obras con el objetivo de seguir ofreciendo a la Villa ese mensaje de identidad local que siempre se ha emitido: «Hemos querido cambiarlo todo para no cambiar nada«, asegura. El local ha sufrido una reforma decorativa y una reforma civil que «no ha sido fácil a causa de la pandemia». El objetivo siempre ha sido claro: que el cliente tuviese el mismo sentimiento al entrar ahora, que cuando lo hacía en el pasado.
Aseguinolaza cuenta que en la reforma estética, todo lo que los clientes van a disfrutar, se han pulido las lámparas, se han barnizado las sillas y las mesas originales, se han tapizado las butacas y sofás del comedor principal e, incluso, se ha logrado obtener una copia exacta de los azulejos originales para un nuevo comedor que fruto de la reforma civil: «Una empresa de Sevilla logró realizar una copia idéntica de los azulejos y es alucinante», comenta Alicia Garmendia, madre de Gaizka Aseguinolaza y la figura representativa de Café Iruña.
En la reforma civil, la estructural, Aseguinolaza explica que se ha remodelado la cocina que se ha subido a la planta cero, lugar que ocupaba antes una tienda contigua. Además, se ha rebajado casi un metro la altura de los baños, a los que antes había que acceder subiendo una escalera, para facilitar el acceso a todos los clientes. A esto se suma que se ha apostado por una pequeña cocina cerca de la barra «para preparar pintxos al momento«.
RECUPERAR ESPACIOS
Una de las novedades de esta nueva etapa es que se recupera el antiguo comedor privado. Este está situado en el altillo, al que la gerencia llama «el palomar». Se trata de un espacio acogedor, con varias mesas, con una amplia separación unas de otras. Desde él se puede observar parte del establecimiento a través de los arcos, que funcionan como una especie de curiosas ventanas.
Además, Aseguinolaza añade que tienen la intención de recuperar el escenario situado en una especie de altillo o balcón que se sitúa sobre la barra: «Cuando todo esto pase, sí queremos retomar esos espectáculos tan característicos de Café Iruña», afirma. Y no es para menos. En el establecimiento han tenido lugar conciertos en directo, la Feria de Abril, concursos de novela corta… Además, han pasado por allí personajes de renombre como Manuel Vázquez Montalbán y Mario Benedetti. Así, se ha convertido en una parada obligatoria para cualquier persona que visita la Villa, y sigue siendo un punto de encuentro para los que residen en ella.
NOVEDADES
En cuanto a las comidas, Garmendia cuenta que dentro de poco se ofrecerá un menú ejecutivo. Este contará con opciones vegetarianas y con «platos que alternarán bastante». Se ofrecerán pescados, carnes, verduras… Para acceder a degustar este menú, habrá que reservar con antelación. Este tendrá un precio de alrededor de 26 euros.
Asimismo, se seguirá ofreciendo el tradicional menú del día. «Este funcionará como siempre, sin reserva», cuenta Aseguinolaza, y añade que tendrá un precio de 16,90 euros.
En cuanto al horario, el local funciona siempre respetando las medidas establecidas y, además, guiado por «el ritmo de la gente». Actualmente, abre sus puertas a las 8.00 horas y cierra a las 22.30, 23.00 o 00.00: «Todo depende del ritmo de vida que tenga la ciudad ese día«, asegura Aseguinolaza.
Además, el establecimiento cuenta con dos amplias barras y dos terrazas: una a Colón de Larreátegi y la otra a Berastegi. Todo ello, colindando con Jardines de Albia.
Así, Café Iruña vuelve a abrir sus puertas para seguir siendo un punto de referencia de la Villa. Un lugar de encuentro para todos los públicos. El lugar de todos los bilbainos y visitantes.