Montxo Paz
Revisando mi archivo personal, la semana pasada encontré en un cajón los “Greatest Hits” de Elvis Presley. E inmediatamente me vino a la mente el recuerdo de Vicente Ahumada Sanz, un gran profesional del mundo de la música en España, al que conocí en Madrid a finales de la década de 1980. Además de haber desempeñado distintas responsabilidades en compañías discográficas, Vicente fue uno de los mayores expertos en la figura de The King. De hecho, el «Club Elvis» llegó a ser todo un referente en el panorama musical español, tras dieciséis años en antena bajo su dirección. Un espacio íntegramente dedicado a la figura del Rey del Rock & Roll.
Vicente nació en Madrid el 5 de febrero de 1948 y permaneció toda su vida vinculado a la música: desde los años 70, durante su etapa como disc-jockey en la sala Fontana, coincidiendo con el despertar del fenómeno cultural y artístico de la “movida” madrileña. También era fácil verlo por Stone´s, considerado el templo de las discotecas del momento. Buenos tiempos para la lírica, que conllevaron la aparición de géneros nuevos que serían la base de gran parte de la música escuchada hasta hoy. Durante diez años trabajó en Hispavox, como miembro del departamento de promoción de radio, además de colaborar con el área de lanzamientos internacionales y en la edición de algunas series de coleccionistas. Asimismo, contribuyó al impulso comercial de grupos como Alaska y Los Pegamoides (tras la separación de Kaka de Luxe), Radio Futura, Nacha Pop o Los Secretos. Precisamente estos últimos realizaron en aquella época su primera grabación, bajo la producción de Juan Luis Izaguirre y editada posteriormente por Polydor.
Tras cerrar ese período de su vida, Ahumada ejerció la función directiva en Max Music, promoviendo las sucesivas novedades de la serie Max Mix y la distribución en nuestro país de sellos discográficos especializados en rock y pop de los 50, 60 y 70, como Ace o Demon. También colaboró con el sello Emi a finales de los 90, en la selección de oldies hispanas. Su afán coleccionista le llevó a contar con un amplio repertorio discográfico, difícil de valorar y basado esencialmente en discos de vinilo de la época. No obstante, la mayor aportación de Ahumada fue su decisivo papel para difundir la figura de Elvis Presley a través del programa “Club Elvis” (primero en Cadena 100 y más tarde en Rock & Gol), que contó con una legión de seguidores, tanto en la radio como en las redes sociales.
Vicente nos dejó el 20 de marzo de 2011, un día antes de comenzar la primavera, tras una larga enfermedad. Años después de su fallecimiento, su recuerdo permanece vivo en complicado sector de la industria musical, donde tuvo -y retuvo- grandes amigos. Todo un mérito, pues las relaciones profesionales en esas esferas no siempre son buenas. En ocasiones, las compañías frenan la edición de determinado trabajo al considerarlo poco comercial o por razones de censura, conflictos en el reparto de beneficios y otras cuestiones, como los derechos de autor, un aspecto legal que siempre defendió.
El simple hecho de conocerlo me permitió acceder a mucha gente del mundillo musical y cultural de la movida madrileña. Su trayectoria vital y profesional fue un fiel reflejo de una de las frases preferidas de Elvis: «Haz algo que merezca la pena recordar». El otro día, tras evocar durante varios minutos la figura de Vicente, hice sonar “Always On My Mind” en su memoria y me serví una copa de Redbreast.