La resaca

El descontento se centra en Garitano tras el ridículo frente al Cádiz

Arturo Trueba

Algunas caras de los rojiblancos eran el vivo retrato de la impotencia en el perdido en casa contra un equipo recién ascendido y sin dos jugadores

El Athletic no fue capaz de imponerse a un Cádiz bien armado con jugadores rocosos y curtidos en mil batallas, pero con más pasado que futuro. Sabían lo que tenían que hacer y se llevaron sorprendentemente la contienda con disciplina, presión y velocidad, frente a un equipo bilbaino parecía tener el encefalograma plano. Juego tedioso, transiciones desesperantemente lentas, sin balones filtrados por el centro, tan sólo pensado para atacar por las bandas. Con tan poca variedad de propuestas atacantes, los rojiblancos chocaron una y otra vez con una barrera amarilla infranqueable. Lo más reseñable fue un remate al poste de un Williams gafado, al que el entrenador señaló mandándolo al banquillo, junto a Muniain. Se juega como se entrena. Garitano concibe su juego a la contra en función del equipo contrario, pero se pierde cuando el oponente se cierra. El equipo cae en lo de casi siempre: un juego espeso, aburrido y previsible. Además, con unos jugadores de características técnicas y físicas más propicias para la elaboración y la combinación, por lo general.

Oportunidad frente al Alavés

El Athletic intentará resarcirse contra el Alavés en Vitoria. Ambos conjuntos llegan apurados, así como sus respectivos entrenadores sobre los que se ciernen nubarrones. Los comentarios de los aficionados de Bilbao no son precisamente indulgentes con su entrenador.

Se supone que habrá cambios por acumulación de partidos seguidos y la necesidad de dar otra imagen, así como la de alcanzar un resultado favorable.

Una de las noticias agradables del fiasco frente al Cádiz radicó en el debut de Iñigo Vicente, que disfrutó de diez minutos de inspiración. Lo tendrá todavía más difícil el baracaldés tras el preacuerdo de fichaje de Alex Berenguer. Viene el extremo navarro, pero hay quienes suspiran con la vuelta de los campeones del mundo Javi Martínez y Fernando Llorente para apuntalar la plantilla.