Alba Martín
Después de triunfar con “La verdad de la pandemia”, la periodista Cristina Martín Jiménez publica “La Tercera Guerra Mundial ya está aquí”, cuya primera edición se agotó en 24 horas. En este libro muestra cómo son las luchas de las élites “por el trono del mundo” y cómo es esta guerra “casi invisible” que, afirma, se ejerce, entre otras cosas, “desde la manipulación del mensaje y de la percepción de la realidad”.
Comienzas afirmando que estamos en Estado de guerra. ¿Cómo lo podemos identificar?
No es sencillo porque la característica principal de esta nueva modalidad de guerra es que el atacado no perciba los ataques. Es una guerra que se está haciendo, sobre todo, desde los medios de comunicación, desde la manipulación del mensaje y de la percepción de los acontecimientos, de la realidad… Digamos que es la construcción de un psicoescenario por parte de los grandes propietarios de los imperios mediáticos. Estos son los que difunden un mensaje único que condiciona la vida de miles de millones de personas en el planeta como hemos estado viendo con esta arma complementaria que ha sido la táctica de la pandemia. De esta táctica yo hago una investigación y pongo sobre la mesa las distintas tramas que hay en torno a esta dictadura pandémica. Ahí nos encontramos la posibilidad de que sea un arma creada en laboratorio según los datos y las fuentes que consulto y aporto.
Hablas de la táctica de la pandemia. ¿Te consideras negacionista?
No, en absoluto. Yo lo que hago es analizar desde hace casi veinte años los mecanismos que utilizan las élites del poder para conseguir sus objetivos: dominar el mundo, apropiarse de la economía, invadir… Ahora lo que estamos viendo es que uno de los campos de batalla de este nuevo modo de guerra es la conquista de las mentes y de las almas.
¿Cómo se le puede hacer frente?
Yo valoro mucho la información. Cuando una persona está bien informada sobre cómo son estas nuevas guerras, la cosa cambia. Se pasa de una actitud pasiva, de recibir los mensajes sin cuestionarlos, a buscar una defensa, a poner una resistencia y defender esos valores en los que cree. La información es imprescindible para luchar en esta guerra casi invisible. Después está el derecho a la rebelión que está reconocido internacionalmente. El derecho que tienen las personas a no obedecer y rebelarse ante normas y leyes que se salen de la moral y la ética.
¿Qué papel juegan las redes sociales en esta lucha?
Las redes sociales se han convertido en las cinco grandes compañías que son las primeras en la capitalización bursátil. Hay que pensar y volver a investigar quiénes son los propietarios de las redes sociales y cómo las están utilizando. Se convierten en los nuevos medios de comunicación que, además, están censurando a todos aquellos que consideran que ponen en peligro el mensaje único o la verdad oficial. Yo estoy entre este grupo de personas. En mayo me echaron de Facebook con 55.000 seguidores, en Wikipedia han quitado mi perfil, mis tweets y mis posts en Instagram la mayoría los silencian y los ocultan… Por lo tanto, estamos hablando de censura. Así que ya no estamos hablando de democracia, sino de sistemas dictatoriales.
¿Qué opinas de la caída de las redes del otro día?
Esto se contextualiza en el marco de la guerra que se está librando dentro de la Tercera Guerra Mundial entre estas grandes élites, que al mismo tiempo son aliadas porque comparten propiedad. En esta guerra por el trono del mundo, todos quieren ser el gran emperador y por eso suceden estas cosas: se atacan a los servidores, se atacan entre ellos. Por eso, en esta guerra de las élites podemos enmarcar lo que ha pasado con Facebook, porque no olvidemos que les ha hecho perder 7 millones de dólares. Una catástrofe financiera para la compañía.