by Arantza Saez de Lafuente
Hay que ver cómo pueden cambiar las cosas de un día para otro…
Ayer hablábamos sobre qué colores, tejidos y prendas se levarán esta primavera, qué conjunto o estilismo llevaremos en eventos que teníamos esta nueva temporada, y de repente, todo cambia…
Comercios, teatros, salas de conciertos, galerías de arte, bares y restaurantes… ¡todo cerrado!
Fábricas de moda, profesionales del sector, costureras, así como muchas aficionadas a la moda, en vez de estar cosiendo prendas están dedicadas a hacer mascarillas de protección. Incluso firmas
de lujo están fabricando geles desinfectantes en sus plantas de cosmética y perfumería.
Hay firmas de moda que mantienen parte de la plantilla trabajando desde casa. Otras han cerrado temporalmente por considerar que no son artículos de primera necesidad. Grandes empresas de lujo que han hecho importantes donaciones a hospitales, Cruz Roja, y equipos de investigación.
Influencers publican en sus perfiles de Instagram estilismos para estar en casa y cómo cuidarse durante el confinamiento. Amantes de la moda reinventan reciclando prendas que tenían en el
armario reconvirtiéndolas en otras personalizadas. Incluso hay firmas que avisan que las prendas que compremos durante el confinamiento, llegarán a nuestras casas una vez pasada la alarma sanitaria.
Pero, como decía mi abuela María (castellana de pura cepa), no hay mal que cien años dure. Es buen momento para parar y reflexionar…
Volveremos poco a poco, eso sí, escalonadamente, y con mucho cuidado, a nuestras idas activas, a comprar en los comercios, consumir en bares y restaurantes, asistir al teatro, cine, exposiciones de arte, celebrar eventos, etc., en definitiva, seguiremos con nuestras vidas de siempre, nuestras costumbres, hábitos de vida según nuestra cultura y sistema de sociedad.
Pero, todo, todo, ¿volverá a ser igual que antes del confinamiento, antes de la pandemia? ¿el mismo consumismo? o por el contrario, habremos aprendido a vivir con restricciones y analizaremos
cuáles son los más esenciales? ¿habremos aprendido que podemos vivir sin tener que estar comprando todos los días?. ¿Seremos capaces de cambiar nuestra sociedad ultraconsumista?
Hace un año la ría del ocio publicaba el artículo “La Revolución en la Moda”, tras la Jornada Fashion Revolution Week en la Fundación BilbaoArte en la que nos invitaban a firmar el
“Manifiesto por una revolución en la moda”. Todo empezaba con una pregunta ¿quién hizo mi ropa?. El artículo finalizaba con las siguientes frases:
“Como consumidores tenemos el poder del cambio. No al sobreconsumo y despilfarro, contaminación, esclavitud, y vulneración de los Derechos Humanos.
Si al consumo responsable, al reciclaje, intercambio de ropa, a la transparencia de las marcas, al respeto de los Derechos Humanos, SI a la Sostenibilidad en lo social, económico, y medio ambiental.
Cada cambio que hacemos marca la diferencia. Esta Revolución está en nuestras manos.”
Quizás como nosotros no somos capaces de cambiar nuestros hábitos, ha tenido que venir un virus para recordarnos que todos somos seres humanos en el mismo planeta, todos somos vulnerables, y que está en nuestras manos el cambio.