Ya han finalizado las obras de renovación y mejora de la Plaza Juan XXIII, en la trasera de la Basílica de Begoña, tras siete meses de trabajo.
La intervención ha consistido en el acondicionamiento de la plaza, manteniendo su forma y diseño, renovando pavimento, elementos de alumbrado, jardinería y mobiliario (barandillas, papeleras…) y limpiando y reparando los muros y escaleras existentes.
Entre las actuaciones más importantes destaca la construcción de una rampa de acceso entre la plataforma superior de la plaza y el acceso peatonal a la calle Zabalbide. De esta manera se elimina una barrera arquitectónica y se completa la conexión peatonal desde la Basílica.
La Plaza Juan XXIII está rodeada de árboles e incluye taludes con arbolado y parterres. Durante la ejecución de las obras de acondicionamiento se ha fresado el aglomerado existente y se han saneado las zonas deterioradas para volver a pavimentar, tanto la plaza como su entorno, de aglomerado rojo.
Además, se han retirado las barandillas que no eran accesibles. Estas se han sustituido por otras de fundición más reciente, que dan coherencia y uniformidad estética a la zona. Asimismo, se ha renovado la jardinería, plantando macizos de flores y arbustos en distintos puntos.
Las luminarias de la plaza y de los alrededores de la Basílica de Begoña se han modernizado y sustituido por faroles grandes con sistema LED, adecuándose a los requisitos de ahorro energético y se ha reforzado el alumbrado gracias a 16 nuevos puntos de luz.
Por último, durante la ejecución de las obras se detectaron fisuras en un muro que se ha reforzado, gracias a la instalación de un entramado metálico y posteriormente embellecido mediante el aplacado con piedra caliza existente, similar a la del entorno.
Todos estos trabajos han supuesto una inversión municipal en su conjunto de 628.200,4 euros.