por Arantza Saéz de Lafuente. Estilista de Moda y asesora de imagen personal
Quizás esta situación que nos ha cambiado la vida de un día para otro, haya provocado un antes y un después en el mundo de la Moda. Ya no nos basta saber qué prendas estarán de moda esta temporada, ahora más que nunca lo más importante es conocernos tal y como somos en realidad y aceptarnos, así como, que la moda se adapte a nosotros y no al revés. Es el momento de cuidarnos en todos los sentidos.
Lo importante es que nuestra imagen esté en armonía con nuestra personalidad y estilo de vida. Resaltemos lo que nos gusta y disimulemos lo que no. Conociendo nuestra gama de colores, escogemos de la moda lo que nos favorece. Según las formas de nuestro cuerpo, elegiremos las líneas y proporciones que destacan o disimulan, mejorando nuestro aspecto independientemente de la talla que tengamos.
Independientemente del presupuesto de cada persona, las opciones para cuidar nuestra imagen, son infinitas. El objetivo es maximizar nuestro potencial personal, consiguiendo ahorrar tiempo y dinero a la hora de hacer compras. ¿Por qué cuidar la imagen personal? Porque damos una imagen más cuidada, y no parecemos árboles de navidad; porque la ropa habla de nosotros, y lo más importante, aumenta la confianza en nosotros mismos cuando sabemos que hemos cuidado nuestro aspecto, pero también puede minarla cuando no lo hacemos.
Cuidar la Imagen Personal, inspira confianza, credibilidad, sinceridad, eficacia, e incrementa la autoestima.
La importancia del color
Cuando vestimos con los colores que nos favorecen, nos sentimos más a gusto, se nos ve con mejor cara, parece como si brillaran más los ojos, y la piel estuviera más tersa. Los genes de cada persona determinan el tono de la piel, cabello y ojos. Estos tonos no cambian, pueden intensificarse con el sol o variar aparentemente con la edad, pero la base cálida o fría no cambiará con el
paso de los años.
Si sabemos cual es la gama de colores que más nos favorecen, cómo nuestros colores neutros (la base de un vestuario) combinan con todos los demás de nuestra gama, así como, nuestros colores
básicos y cómo combinarlos para vernos mejor, conseguiremos un guardarropa aprovechable al 100%.
La imagen personal y profesional
Si nos sentimos bien con la ropa que llevamos, mejoramos la autoestima y proyectamos credibilidad con una imagen homogénea, coherente y en concordancia con la actividad diaria. No sólo el color de la ropa influye en el aspecto; el estilo, el corte, y tejidos, también son importantes.
Las prendas que llevamos y cómo las llevamos dependen de la edad, constitución, estilo de vida, trabajo, entorno social, presupuesto, educación, cultura, religión, carácter, personalidad, etc. Dependen de tantas cosas, que por eso, nos diferenciamos unos de otros. Aunque coincidamos con el mismo conjunto, vestido, camisa o abrigo, seguro que llevamos un complemento u otra prenda distinta que nos diferencia. Aunque no seamos muy conscientes de ello, todos proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen.
Al fin y al cabo la ropa, es una forma de expresión. Multitud de rasgos identificativos, como la cultura y los gustos, se revelan. La postura y el movimiento corporal, los gestos, la expresión del
rostro y de la mirada, las sensaciones táctiles y olfativas, son formas de comunicación no verbal. Pero, nuestra imagen es la que mayor impacto causa de la forma más inmediata.
Utilicemos la moda para nuestro propio beneficio: Sentirnos bien con nosotros mismos.