Este contenido pertenece al número 1046 de La Ría del Ocio, publicado el 17 de septiembre de 2020.
Arturo Trueba
Este número de la ría del ocio lo dedicamos habitualmente a la llamada vuelta al cole. En este año que nació para ser redondo, y rodó sí, pero al precipicio. Llegaron el Covid-19, los contagios, el confinamiento, el colapso económico, la desescalada, la nueva normalidad, el verano, los rebrotes y la vuelta contenida a la actividad. Estamos en esta fase. Con vuelta al cole y revuelta de los enseñantes. El reinicio del curso laboral comienza con la incertidumbre reinando en un mercado más que damnificado. Hay una gran necesidad de que se anime la economía, pero se ve lastrada por los peligros para la salud y la espera a la vacuna y medidas curativas eficaces. Y, en buena medida, existe un temor e, incluso, un miedo paralizante, a las consecuencias en materia de salud.
Pero llega el momento de sobreponerse y arrancar. Nos hemos acostumbrado a llevar mascarilla. Quien más, quien menos, cuenta con una curiosa colección de mascarillas de diversos colores, materiales y temáticas. Por lo general, procuramos mantener la distancia social y el lavado de manos. Nos hemos familiarizado con una situación que ha paralizado al mundo. Pero también se sabe que hay que reactivar la economía, la cultura, la hostelería y el comercio. Son momentos también para la formación, y de reinventarse en muchos casos.
La Cultura sale perjudicada, como casi siempre, pero también acaba reaccionando y sale a crear, y a trabajar en los escenarios, en las salas minimizadas o en streaming. Busca entretenimiento, reflexión y aporte de aire fresco en un ambiente tan cargado. La temporada de teatro de verano ha transcurrido con relativa normalidad, y sin noticias desagradables. Y en eso, se anuncia la llegada, al rescate del ánimo, del festival “Ja!” de literatura y humor, con un buen plantel de humoristas, que se celebrará en el primer tercio de octubre. Una buena señal, y una buena noticia para alegrarnos. Esperemos que sea así.