Los días 11 y 12 de junio tendrá lugar en torno al Castillo la recreación de uno de los episodios más épicos de la Guerra de la Independencia española. El ejército británico – portugués, dirigido por el General Lord Wellington, junto a las tropas españolas se enfrentará a la fuerza francesa, dirigida por el General Dubreton, por el control de un punto estratégico en la guerra. Un espectáculo sin precedentes con cerca de 600 recreadores venidos de toda Europa.
Programa Burgos Wellington Ad Portas
Sábado 11
09:30 – 11:30 h. Campamentos napoleónicos abiertos al público en las colinas del Castillo. ACCESO CORTADO AL TRÁFICO RODADO DURANTE EL FIN DE SEMANA.
12 h. Inicio desfile de tropas napoleónicas en la Plaza de la Catedral.
Recorrido: Paseo del Espolón – Plaza del Cid – C/ Vitoria – C/ San Lesmes – Plaza de España – C/ Concordia – Pza. Alonso Martínez – C/Laín Calvo – C/ Cardenal Segura – Pza. Mayor
13 h. Bienvenida de la ciudad a los recreadores ante el Ayuntamiento. Himnos.
16:30 h. Campamento abierto al público en las colinas del castillo. Actividades e instrucción. Visita libre.
19:30 h. BATALLA. Campa de San Miguel junto al centro de Aves. Recreación combates de aproximación a la fortaleza.
21 h. Fin combates. Campamento abierto al público.
Domingo 12
09:30 – 12 h. Campamentos napoleónicos abiertos al público en las colinas del castillo. ACCESO CORTADO AL TRÁFICO RODADO.
12:30 h. BATALLA en zona campo de futbol de Fuente Bermeja (JUNTO A BELCLA) Amplia zona de aparcamiento. IMPORTANTE: El acceso al público solo está permitido por este punto.
14 h. Fin de los combates. Desfile hasta la puerta del castillo. Palabras de despedida.
Reseña histórica
En el otoño de 1812, Lord Wellington llegó a Burgos acompañado de la mayor parte del ejército británico-portugués presente en la Península. Se le unieron en el camino las tropas españolas dirigidas por el General Castaños. Su intención era perseguir al ejército francés en retirada. Los franceses habían situado en las colinas del Castillo una fuerza de 2000 hombre y 44 cañones al mando del veterano General Dubreton. A pesar de que la superioridad aliada era abrumadora. Wellington no llevaba cañones pesados de asedio y tuvo que intentar la conquista de la posición por medio de arriesgados ataques de su infantería. Lo que se suponía un objetivo sencillo se convirtió en una de sus peores pesadillas. Tras más de un mes de asedio, donde los hombres de ambos bandos combatieron cuerpo a cuerpo con el resultado de unas 2500 bajas, ejército francés avanzando desde La Bureba, logro liberar a la guarnición y el ejército aliado tuvo que retirarse hacia Portugal.
La heroica resistencia de los defensores y la obstinada y sacrificada entrega de los atacantes hizo de este episodio uno de los más épicos de la Guerra de la Independencia. Burgos, ayer, como hoy, era un importante nudo de comunicaciones. Su posición altamente estratégica en el norte peninsular hacia que su posesión fuera imprescindible para los ejércitos contendientes y sólo con su posesión se podía obtener y conservar el dominio del Norte de España. Napoleón así lo entendió tras la batalla de Gamonal cuando dio personalmente las órdenes necesarias para convertir Burgos y su Castillo, en el más importante núcleo logístico para sus planes de invasión y control de la Península.
Seis meses más tarde, 13 de junio de 1813, del final del asedio que vamos a representar, los franceses retirándose definitivamente decidieron volar el recinto medieval de la colina del castillo e Iglesia de la Blanca, para que los miles de arrobas de pólvora y bombas allí almacenadas no cayeran en manos de sus enemigos.