Las nuevas medidas adoptadas por la Junta de Castilla y León para decretar el confinamiento de Burgos afectarán gravemente a los sectores de la hostelería y el comercio de la ciudad, debido a la reducción de aforos y la obligatoriedad de un cierre temprano.
La hostelería sufre el confinamiento de Burgos
La ciudad de Burgos amanecerá el próximo miércoles 21 de octubre cerrada perimetralmente para intentar frenar la expansión de la Covid-19. La medida, adoptada por la Junta de Castilla y León, se daba a conocer en la mañana de ayer y, además del confinamiento de la ciudad, trae consigo nuevas normas que se aplicarán, como mínimo, durante los próximos 14 días.
Los sectores del comercio y de la hostelería serán uno de los más afectados por esta normativa. La pasada semana ya entraron en vigor las nuevas restricciones relacionadas con el consumo en barra, la prohibición de fumar en las terrazas y la limitación de las reuniones a seis personas. Con las nuevas medidas, además, se reduce su aforo máximo al cincuenta por ciento, y su hora de cierre no podrá superar las 22:00 h. En el caso de la hostelería, podrán estar abiertos hasta las 23:00 h, pero no podrán admitir nuevos clientes desde las 22:00 h.
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Desde la Federación de Empresarios del Comercio (FEC) y la Federación de Hostelería de Burgos han lamentado estas nuevas medidas, que pese a que no ha llegado por sorpresa, no han tenido una buena acogida en el sector. Desde la FEC, entienden que se impongan estas restricciones, pero no que se criminalice al sector, pidiéndoles requisitos que no se aplican en lugares como los medios de transporte.
La reducción de horarios en la hostelería afecta directamente a los servicios de cenas, que que quedarán reducidos en gran medida debido a los hábitos horarios en el país. Con el confinamiento de Burgos, la hostelería pierde también la llegada de reservas turísticas. La nueva normativa llega en unas fechas con días festivos próximos y con la mente puesta en la campaña de Navidad, que estará fuertemente resentida este año.
Es un hecho que la preocupación es alta. El sector HORECA aportó en 2019 un 6,2% al PIB. Una cifra lo suficientemente alta como para tomarse muy en serio cualquier medida y planear cuidadosamente ayudas a este sector tan afectado por la pandemia.