Sonorama Ribera se resiste a cancelar. La organización se plantea nuevas alternativas si no es posible cumplir con los aforos del gobierno en su edición de agosto. Los fieles al festival arandino están muy pendientes de los movimientos del equipo, y temen que éste se una a la gran cantidad de festivales que ya han anunciado la cancelación este verano.
Sonorama Ribera comienza a pensar en alternativas para su realización
En sus comunicados anteriores ya habían anunciado que harán todo lo posible para mantener la edición 23 de este verano. A pesar de sus esfuerzos, es el Gobierno el que tendrá la ultima palabra, ya que las medidas que se exijan serán determinantes. Con la cancelación como el último plan y la modificación de fechas el penúltimo, comienzan a pensar en realizar todos sus eventos culturales a lo largo del verano.
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Javier Ajenjo, director del Sonorama Ribera, lamenta que no haya decisiones claras por parte del Gobierno. Aún así, asegura que si no se puede realizar el festival como en ediciones anteriores, se realizará de otro modo. El equipo sigue trabajando duro, pero la idea de posponer el festival y no poder realizarlo en una fecha nueva, sería todavía peor que una cancelación.
El problema del festival es garantizar las medidas de seguridad ante tal incertidumbre. Los conciertos en la Plaza del Trigo y las calles de la ciudad arandina serían muy difíciles de realizar, pero dentro del recinto festivalero ya se están estudiando nuevos controles. El equipo sigue esperando que se pueda realizar esta próxima edición, aunque sea de otra manera. De no ser posible supondría 300.000 euros de pérdidas. El Sonorama ha sido deficitario 20 de sus 23 ediciones. El coste de cancelar el festival sería «inasumible» para el equipo. Seguimos pendientes de los nuevos anuncios que el festival arandino haga, y esperamos que próximamente nos anuncien un nuevo calendario pero si o sí, puedan seguir adelante.