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Entrevista a Marwán en el ciclo Poesía en Partitura - La Guía GO!
Concierto Marwán Vigo

Entrevista a Marwán en el ciclo Poesía en Partitura

El nuevo ciclo del Instituto de la Lengua de Castilla y León Poesía en Partitura es una entrevista trufada de canciones, una apelación a una forma de expresión artística con fuste y contenido, que ha tenido la oportunidad de acoger en su programa a Marwán. La entrevista fue pilotada por Fernando Neira, un conocido periodista y crítico musical,  colaborador habitual de El País.

Marwan Abu-Tahoun Recio, conocido por su nombre artístico Marwán , es un cantautor y poeta español. ​Está considerado uno de los cantautores más reconocidos del circuito de salas de España y Latinoamérica. La gente se identifica con lo que canta y escribe, lo personal ha pasado a la dimensión de lo universal y ha desatado un fenómeno que, además de cierta magia, ha dejado una firme huella en la estadística musical.

Entrevista a Marwán en el ciclo Poesía en Partitura

Buenas tardes, Marwán. ¿Has calentado la voz?

He calentado un poquito, dos minutos.

¿Cuánto tiempo necesitas para calentar la voz habitualmente?

Habitualmente, 20 minutitos está bien.

Un Wizink Center, ¿cuánto tiempo utilizas para calentar la voz?

20 minutos.

Y, ¿algún truco?

Bueno… hacer muchos ejercicios, ir haciendo ejercicios así que pareces un poco idiota como ‘mo, mo, mo, mo, mo’ y cosas de esas, muchas escalitas, y luego utilizar un tubito para abrir las vías aéreas.

¿Esos ejercicios no son de los que uno cuelga en Instagram?

No. En Instagram no. Aunque, en mi caso, tampoco me importaría, sinceramente, porque hay que romper un poco los estereotipos estos del postureo.

Muchas gracias a todas y a todos por venir a esta entrega aquí en el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Vamos a hablar de música y de poesía y de la interacción entre ambas, y Marwán lo abarca todo.

Podemos hablar de muchas cosas, pero no me aguanto las ganas de preguntarte antes qué has pensado esta mañana cuando has visto la portada de El País.

Me he puesto un poco triste, porque Serrat es uno de mis referentes absolutos, es uno de mis dioses. Yo tengo cuatro dioses principales, bueno, tengo más de cuatro, pero Serrat, Sabina, Aute y Silvio Rodríguez. En la portada de El País donde Fernando escribe, aparece una foto. Te gusta que El País, un periódico de referencia, saque a Serrat, uno de tus maestros, pero es verdad que da mucha pena. Yo he visto a Serrat en muchos conciertos, y antes de componer canciones yo escuchaba a Serrat y soñaba con eso. Entonces, me da pena que se retire de los escenarios, pero es verdad que también se lo ha ganado. Lleva 55 años o más…

Yo creo que sí. ¿O sea que eres politeísta?

Sí, en lo musical, muy politeísta.

¿Y en lo espiritual?

En lo espiritual, soy muy esotérico.

¿Y eso cómo se concreta?

Cosas raras, siento cosas. No se puede contar en público, porque ahí sí perdería mucho más que utilizando ejercicios de idiota en Instagram.

Yo creo que la gente viene con ganas de escuchar canciones, de escuchar un poco los secretos de estas canciones.

Os adelanto que vamos a escuchar al menos seis canciones. Vais a escucharle más a él que a mí, que creo que merece mucho más la pena. De esas seis canciones vais a conocer muchas. Va a ver también un poco de prueba para los espectadores a ver el grado de ‘marwanismo que tienen en estos próximos minutos.

Está muy bien eso.

¿Qué fue primero: tu primera canción o tu primer poema?

Mi primera canción, aunque empecé a la vez a escribir canciones y poemas. Las canciones me las tomaba muy en serio desde el minuto uno, fueran buenas o malas, que eran bastante malas, infumables, como es normal. En cambio, los poemas eran más un asunto catártico para soltar cosas fuera, expresarme, y, de vez en cuando, salía algún poema más o menos bonito. Pero las canciones desde el principio fueron muy en serio, por eso, yo me considero músico más que poeta. Seguramente también seré poeta, ya que he publicado cuatro libros y me gusta mucho escribir poemas y estudiar. Pero, siempre, lo primero la música.

En tus inicios, en tu adolescencia, ¿hablabas de cosas distintas cuando cantabas y escribías?

No, hablaba de las mismas cosas, pero es verdad que la poesía me permitía retorcer el lenguaje al máximo, ser mucho más arriesgado, permitiendo mucha más locura. En cambio, en las canciones era mucho más llano, con un lenguaje mucho más diáfano, que se entendiera.

¿Recuerdas el título de tu primera canción?

Sí, es una canción que le hice a mi padre, a mi hermano y a mi madre, y se llamaba ‘A vosotros’.

Parece un título de María Ostiz, pero es de Marwán.

No la llegaron a escuchar porque me moría de vergüenza. No parece, porque creo que se me da muy bien hablar en público y soy muy descarado, pero lo cierto es que me resultaba absolutamente imposible hablar y cantar mis canciones en público cuando empecé con 18 años.

Qué curioso, porque les has dedicado canciones, las has cantado y las has publicado. Tu padre está aquí, se puede decir. ¡Un aplauso para él, por favor!

Es que sale en la portada del disco conmigo.

Me decía que le ha cogido gusto.

Sí, ha salido también en un anuncio conmigo, ¡está a tope!

¿Te acuerdas de cómo se llamaba tu primer poema?

No, la verdad.

¿Te acuerdas de algún verso de ‘A vosotros’?

No me acuerdo, era como cursi, cursi al extremo. Con 18 años cuando empecé a componer, era un chaval con una agitación emocional suprema, que se metía en muchos líos. La canción era simplemente de reconocimiento y de amor por cuidarme, porque la verdad es que mis padres y mi hermano siempre me han cuidado mucho.

¿A qué atribuyes esa forma de ser?

Supongo que hay una parte propia personal de gran sensibilidad y otra parte de toda la formación del crecimiento de una persona. Yo me metía en muchos líos, desde pequeño era muy impulsivo, muy visceral y, a la vez, era súper sensible. Me pegaba con niños y, cuando luego me regañaban, me sentía mal. Entonces, ahí había un choque brutal entre el interior y el exterior.

¿En qué sigues siendo impulsivo?

Sigo siendo impulsivo cuando quiero agradar a la gente, mostrar algo de mí o simplemente cuando quiero enseñar algo. Me gusta mucho comunicar y enseñar cosas que otros puedan aprender, en eso soy súper impulsivo.

Lo que aúna tu faceta de cantante y de poeta ¿es tu ansia por comunicar?

Sí, me considero comunicador en todos los sentidos, no solo a través de la poesía y la música. Durante el mundial escribí poemas para El País y el As y también he estado escribiendo para el Diario de Almería, hace quince años. Además, tengo un pódcast con Ismael Serrano.

¿Eres hiperactivo?

Un poco. No soy el típico niño hiperactivo, pero tengo mucha energía.

¿Te incomoda a ti mismo ser tan hiperactivo?

Me incomoda más ser impulsivo o avasallar a la gente hablando.

¿Cuándo te das cuenta que siendo impulsivo pero sensible, vertiendo tus emociones en canciones y poemas puedes encontrar una vía de futuro?

Cuando acabo la carrera con 23 años, empiezo a tocar en directo todos los meses y a compaginar el trabajo de profesor de técnico deportivo con mis conciertos. Lo podía compaginar muy bien, trabajaba de lunes a jueves, me permitía los fines de semana, estaba muy cómodo. Pero, en 2007 cierran ese ciclo en mi colegio. Además, trabajaba por las tardes, cosa que para un cantautor está muy bien.

Me gusta salir, componer de noche cuando hay mucho silencio y estás muy solo. Pero, de repente, me ofrecieron la educación secundaria, que consistía en levantarme a las 07:30 de la mañana para ir a dar clases. El curso empezaba el 1 de septiembre, los quince primeros días para preparar el curso y el día 15 de septiembre empezar. Yo fui el 1, el 2 y el 3 eran sábado y domingo y el 4, que era lunes, llegué y dije que quería una excedencia de 2 años. Esto es literal. Además, ya tocaba en sitios como en Galileo, iba a Barcelona y tenía a 70, 80, 90 personas, ya veía que ganaba dinero con la música y lo iba a intentar. Eso fue en el año 2007.

En el año 2008, publicas tu primer disco, Trapecista. ¿Todos conocéis Trapecista aquí?

Es curioso Fernando, porque es un disco que mucha gente lo considera el mejor de todos. Con el tiempo esos discos se olvidan y da mucha pena, porque tiene muchas canciones muy bonitas.

¿Ves a ese Marwán de hace 13 años? ¿Te sientes identificado en un alto porcentaje con ese chaval?

Muchísimo. De hecho, hay canciones de ese disco que, si las compusiera ahora, que creo que soy mejor artista ahora que antes, diría que bien.

Es un poco inquietante mirar al pasado y decir que no estoy del todo seguro de mejorar esta canción tres años después.

Eso pasa mucho. A mí me pasó dos años después, porque ese es el disco que hizo que la gente me empezara a conocer y que en lugar de meter a 200 personas en Madrid y en otros sitios, fueran 500. Algo que nos pasa mucho a los artistas cuando nos va bien es que intentamos repetirlo y, en el siguiente disco, intenté repetirlo. En mitad del camino me dije que era imposible y dejé de copiarme, de mirar por el retrovisor e hice otra cosa a la que pudiera responder y también me gustara.

Ha llegado el momento de escuchar una canción, y vamos a tirar por ‘El próximo verano’. Es una canción que dice cosas muy bonitas, muchos la conocéis: la conocí el último verano, el concepto del pasado y el futuro es muy bonito. Mejor no decir su nombre, quizá hoy esté escuchando.

Hoy no está escuchando porque es mi ex, pero voy a contar una cosa sobre esto. Estamos hablando sobre composición de canciones y los secretos, leí hace muchos años una entrevista a Christina Rosenvinge y decía: hay algo que me alucina de componer y es el poder premonitorio que tienen las canciones, yo diría que todo el arte, lo cierto es que es una canción que compuse en una semana de agosto de 2006 o de 2005 y a los 10 días sucedió esa historia. Justo era un verano, terminaba ese verano y la conocí, y pasó todo tal cual relato en la canción.

¿Has compuesto alguna canción que todavía no esté publicada que nos permita saber algo de 2022?

No, pero Luis Ramiro y yo compusimos juntos Seguiremos, una canción que habla sobre que la humanidad unida debe seguir y la compusimos antes de la pandemia, y no sabíamos por qué, pero nos gustaba la canción.

Decía Ismael Serrano. Hay un problema de diversidad temática, nos miramos el ombligo en exceso con tanta canción de amor. El cantautor proponía una inmersión en la realidad, pero la hegemonía es ahora el escapismo, quizá sean cosas del algoritmo.

Yo no sé si cosas del algoritmo, pero cierto es que prima la canción de amor. Yo, en ocasiones, he abusado de ella también cuando he tenido momentos menos creativos o he estado más bloqueado emocionalmente. Creo que tiene toda la razón que el cantautor, en general, debe proponer una temática más amplia, debe hablar sobre la vida… también hay amor y desamor y una gran parte de sus canciones deben ir por ahí. Lo cierto es que en mi generación hemos abusado de las canciones de amor y hay tantos temas de los que hablar… En el primer disco, por ejemplo, la temática era súper variada, había de todo y, en el último, he querido hacer lo mismo. También hay canciones de amor, que siempre estarán y me gustan, pero hay muchas cosas de las que hablar y más ahora que vivimos bajo la dictadura de las redes.

¡Qué bonito el ejercicio de autocrítica!

Claro que sí. Pero es verdad que, en general, si tú pones una radio todas las canciones son de amor, todas es todas, al 100 por 100. Es un lugar bonito para hacer una declaración de amor o contar una historia, pero es que la vida es muy rica y como artista creo que tenemos el deber de hablar de todo lo que podamos.

Hablando de amor, ¿te inspira más el amor o la falta de amor o el desamor?

Las dos cosas la vedad, pero cuando uno esta enamorado está disfrutando y viviendo la vida, pero cuando uno está en pleno desamor generalmente está haciéndose preguntas y esas preguntas acaban convertidas en canciones. Una canción, en muchas ocasiones, no es más que un tipo o una chica zaraceándole a vida, pidiéndole alguna explicación o soltando un poquillo de rencor por la boca.

¿Te consideras una persona especialmente enamoradiza?

Ahora no, pero antes he sido un enamoradizo de libro. Seguro que ninguno de vosotros estaría a mi altura. En el instituto era muy pasional, me gustaban mil personas, me enamoraba de una, no me hacia caso y me enamoraba de otra. Supongo que era un modo de volcar mis pasiones y mi vacío también.

¿Alguna vez eres consciente o tienes la certeza o alguna sospecha de haber sido destinatario de alguna canción o poema?

Sí, me han hecho muchas canciones. Luis Ramiro me hizo una, Ras me hizo otra y esto no lo grabéis, pero mi ex era cantante y me hizo una como yo a ella.

¿Y quién tenía más mala baba en las canciones?

Yo, un poco más.

¿Conoces el intercambio de canciones entre Drexler y su ex?

Conozco alguna de las que ha hecho Drexler, que son bestiales. De ese mundo de la oscuridad, son de mis canciones favorita, pero las otras no. Dan mucha tela que cortar las relaciones entre dos artistas, siempre hay muchas canciones.

Ya que estamos con amor, yo creo que procede seguir cantando al amor. La segunda (canción que va a interpretar) va a ser al amor. Luego cantaremos otras cosas. Es la canción que dio título a tu segundo LP, ese que decías que cunado te pusiste a escribirlo paraste y dijiste: no estoy yendo por el sitio que era.

‘No pude responder’. Es un disco con mucho desamor. Me he dado cuenta de una cosa en mi carrera artística y es que cuando estoy más bloqueado a nivel personal, que normalmente ha sido por un gran desengaño amoroso que me queda muy trabado, solo puedo escribir cosas de amor, no puedo escribir de otras cosas. En ese disco, mis paisajes interiores son el reflejo de ese estado.

¿Cotejas mucho las canciones con otros artistas o incluso con gente allegada sin necesidad de que sea artista?

Muchísimo. Sobre todo, con Funambulista y Luis Ramiro, con Alejandro Martínez también. Es constante, y ellos conmigo también. Cuando componemos una canción, lo primero que hacemos es mandársela a uno de estos amigos, porque tienen un criterio. Aunque Luis me dice que las cosas que no pudo responder es porque no le han molado. No haces todo el caso, todo proceso creativo conlleva una alta dosis de inseguridad. Da igual todos los discos que tengas, yo creo que a Serrat y Sabina también les pasa. Creo que también tienen el síndrome del impostor, nos pasa a todos, muestras inseguridades, aunque tengas canciones, las escuches y digas: joder está muy bien. Rápidamente siempre compartimos las canciones, a veces, pensamos que está muy bien y quieres que te lo refrenden y, a veces, porque dudas de que igual no está bien, y siempre te refrendan que no lo está.

O sea, que cuando está bien, cuando crees que está bien, te dicen que no tanto, y cuando no lo ves claro, efectivamente es que no.

Efectivamente, eso es. Y cuando está bien, te dicen esto está de lujo. Todo depende de la canción, porque a mí Luis también me manda canciones suyas que me gustan más y otras que me gustan menos. Pero es un tema de gusto personal. Y con Funambulista también pasa, claro.

¿Ha habido veces que has publicado o has sacado canciones en contra del criterio de toda la hinchada?

Yo creo que no, porque compongo tanto… Para cada disco siempre tengo un mínimo de 20, 22, 24 canciones, entonces hay un proceso de selección tan grande para quedarte con 10 que generalmente suelen ser las que más gustan en general a todo el mundo. Yo creo que las canciones que son mejores en general tiendes a verlo.

¿Y qué haces con todas esas canciones?

Muchas se quedan inéditas. Tengo canciones súper bonitas, o que yo considero súper bonitas, que son inéditas y que no sé si algún día las publicaré. Las guardas para discos siguientes y, de repente, llega el siguiente disco y has compuesto un montón y te apetece grabar las últimas.

¿Y la posibilidad de cederlas, de darlas a otros artistas?

Puede ser, en alguna ocasión lo he hecho. Por ejemplo, Sergio Dalma acaba de sacar su disco nuevo y las canciones uno y dos son de Alejandro Martínez y mía, y también de un par de amigos más. Esas canciones las compusimos de desproceso para él. Por mi forma de componer, de las que tienes para ti, por lo general, son como más personales y no son tan trasferibles, yo creo.

Luego hay casos memorables como Alejandro Sanz con ‘Corazón Partido’, que es una canción que compuso para Camela.

¿En serio? Dios mío, vaya tema.

La compuso para Camela y, cuando la iba a entregar, dijo: casi que me la voy a quedar yo.

Porque le gustó, es un temazo.

¿Inseguridad en tu condición de creador o inseguridad en tu condición de ser humano inseguro?

Siempre hay inseguridad como ser humano, una de nuestras características es que somos inseguros. Todo depende del grado de aceptación que tenga cada uno, de sus inseguridades y de sus sombras. Pero, independientemente de las que uno tiene como ser humano, como creador yo creo que uno siempre tiene ciertas inseguridades.

A ti te han escogido mucho los detractores. Ahora los llaman ‘haters.

Sí, en la música no he tenido, han sido solo en el mundo de la poesía. Supongo porque también he cultivado una poesía sin altos vuelos poéticos, como muy de la calle, muy cercana para la gente. Seguramente también porque tengo un puñado de poemas malos, como todos los poetas, incluso los mejores. Pero sí, en el mundo de la poesía me han dado bastante caña. Soy una persona bastante fuerte en ese sentido, aguanto las críticas. Me dicen una y no pasa nada, me dicen dos y no pasa nada, me dicen tres y no pasa nada, pero me dicen cuatro o cinco y ya empieza a calar y te acabas envenenando la verdad. Sí me he envenenado en algunas ocasiones, pero en este libro, por ejemplo…

Te has desquitado.

En este libro hay un poema que se llama ‘Veo saltar poetas por los aires’. Les dedico un poema de cinco páginas, destruyéndolos, digamos que es como ‘5 gramos de resentimiento’, pero en poema.

¿Conocéis ese poema? Puedes leernos un fragmento.

Es muy largo.

De vez en cuando, en los conciertos te marcas un poemita. Apetece mucho escucharte.

Está bien. ‘Veo saltar poetas por los aires’.

Veo saltar poetas por los aires, poetas sin ventana detonados todos por la nueva poesía, veo algunos poetas lame concursos cuya vanidad no cabe en ninguna biblioteca, poetas de mirada hexagonal cuyos libros no alcanzaron ni la uña del éxito, ni la suela del triunfo, vociferar en corrillos y tertulias al borde la embolia con la metralla de su elaborada insignificancia haciéndolos pedazos y yo me pregunto… qué enfisemas les importa si mi poesía vuelan ‘bussines o gatea por la estantería, si al cabo… jamás la leen …si no les importa ni el rodapié del papel del que escribo, acaso buscan animales mitológicos en mis versos, acaso piensan que la alta recepción del poema es solo el reflejo de una cultura en decadencia o que si mi mochila no baraja sus mandatos.

Soy zafio y parvulario o vacío como un chicle de viento… puede ser, lo admito y de cualquier manera, ni mi importa, ni mi importáis, me da igual si os parece que mis corceles blancos no están a la altura de vuestros establos o si os parece que mi poesía tiene la cintura demasiado delgada como para tener algo de peso, es irrelevante si no os gustan los vaqueros con los que visto a mis poemas, yo no soy vosotros, me bastan con dos dedos de palabras bellas para atravesar el día con la poesía como hecho cotidiano en grajeas.

No necesito que mi obra haga cumbre, ni que hoy mi poema tenga un puente aéreo a lo sublime, no vengo a desfruncirle la existencia a un filólogo sin niño, no necesito que la erudición sea mi bandera, no soy de esos que por acumular saberes se creen sabios, mis verbos son chavales de la calle, yo soy el arquitecto de lo sencillo, mi poesía no es un contagio olímpico, mis versos son pan para gente…

Podría seguir y seguir y seguir. La verdad es que es uno de mis poemas favoritos, incluso algunos poetas que saben me lo han dicho, han dicho que es de lo mejor que he escrito. Me siento feliz, me gusta.

Sabía de su existencia. Me ha encantado lo de arquitecto de lo sencillo, es una bonita autodefinición. ¿Te has autodefinido en alguna otra ocasión?

Sí, muchas veces. El viejo boxeador, por ejemplo, yo creo que es una buena autodefinición. En otra canción que se llama ‘Hablemos de mí’, que es un titulo totalmente sarcástico, hablo de lo que me gusta y no me gusta. En muchas canciones, en muchos poemas uno se define. Aquí también. Hay un poema que se llama ‘Discípulo de Ícaro’, el segundo poema del libro, y en él hablo de qué me gustaría que dijeran de mí cuando me enterraran. Siempre decía Sabina que en las canciones uno sale maquilladito; en ese poema, yo me maquillo de puta madre.

Alguna vez algún músico te ha confesado que tiene pensada alguna canción para su funeral. ¿Tú la tienes?

La podría tener, sí.

¿Y te gustaría confesarla?

Sí, te voy a decir dos que pueden ser tres. La que pensaría en un principio sería ‘My Way’ de Sinatra, que creo que puede ser la mejor de la historia para mí, pero también ‘Tan joven y tan viejo’ de Sabina. Con Sabina, con la voz de rota, esa versión del disco ‘Nos sobran los motivos ‘, la versión en directo es mucho que la del disco. El otro sería ‘Mediterráneo’, aunque no nací en el Mediterráneo, pero mi padre sí.

Cuando sueltas tanta bilis como en un poema como este, ¿necesitas tener un nombre, una cara nítidamente en la cabeza?

No, no necesariamente. Te voy a confesar una cosa. Con rencor y resentimiento hay un verso dedicado a una persona en especial, no voy a decir quién es, pero es un verso dedicado a un cantante en especial que también me dedicó un verso en una canción suya, y se lo suelto y me quedo más ancho que largo.

¿Tú crees que el hecho de que te hayan cogido inquina es porque te ven como un intruso?

Sí. Pero, en realidad, no me cogen inquina por ser un intruso. A Sabina le dieron mucha caña en el mundo de la poesía, y Sabina es un poeta, para mí, superlativo, pero yo creo que más por el volumen de ventas. Sinceramente, porque si no hubiera tenido nada de éxito no le molestaría a nadie, al revés, dirían joder qué bien Marwan. De hecho, al principio fui muy aplaudido por los poetas cuando saqué un libro, qué bien que Marwan se lance a la poesía, el chaval escribe bien. Me aplaudieron muchos los poetas. Luego cuando vendí 200.000 libros ya no les hizo tanta gracia.

¿Por qué se penaliza tanto el éxito?

Supongo que es muy difícil tener éxito en el mundo de la poesía y creo que, en mi caso, junto con el de Elvira Sastre, es algo inusitado. Vender cientos de libros de poemas es extraño. En un mundo como el de la poesía, es muy difícil sacar la cabeza y vivir de tus poemas. Los mejores poetas de España, poetas descomunales, a veces venden 2000 libros. Entiendo que haya un cierto grado de frustración y que, de repente, llegue un cantante y haga una poesía mucho más sencilla y, en algunas ocasiones, con mucho menos valor que la de los mejores poetas. Porque son los mejores poetas y hay que reconocerlo. Seguramente les fastidie, pero yo creo que, en general, es porque piensan que ocupas su lugar, y eso es uno de los grandes errores de las carreras artísticas.

Muchas veces, por ejemplo, toda la gente que crítica hoy a Tangana le critican porque piensan que ocupa su lugar. Tangana ocupa el suyo, te puede gustar o no, pero ha conseguido el suyo. Yo creo que no hay que mirar a otra persona pensando que ocupa tu lugar, y todos lo hemos hecho, yo el primero, y es un gran error.

Muy bueno, seguimos con la autocrítica.

Todos tenemos nuestras miserias.

Hablando de poetas buenos, muy buenos, hay uno que se llama Shamir. ¿Te suena?

Mi hermano Shamir. Es escritor, él hace poca poesía. De hecho, sobre todo, escribe prosa, acaba de sacar una novela. Es el hermano con talento, desde luego. Mi hermano escribe increíble. Buscadle, porque es bestial.

Es el autor de unos versos de ‘Puede ser que la conozcas’.

Sí, de unos cuantos de la canción. Escribió la Matriz, que es como se llama la columna. Iba hablando sobre una mujer y, al final, se desvelaba que esa mujer era Madrid. A mí me enamoró profundamente esa idea. Agarré muchas ideas de ese texto, añadí unas pocas más y surgió esta canción: ‘Puede ser que la conozcas’.

Estoy seguro de que Marwán, que esta el comité de sabios, en seguida puso el pulgar en posición ascendente.

Esta sí, fue unanimidad, y muchos me dijeron que les parecía la mejor. Incluso se la mandé a Drexler y a la primera dijo que sí.

Tiene algunos versos muy brillantes, me lo parece a mí, nos lo parece a todos. ¿Has llegado a alguna conclusión de cuándo y dónde es un lugar más propicio para que nazca un verso?

Yo soy 24/7, escribo en cualquier lugar, a veces, incluso, hasta durmiendo se me han ocurrido versos y, de repente, me he despertado y he pillado el móvil ahí en la oscuridad y me he puesto a escribirlo. Pero el mejor momento, si hay uno, es de madrugada, cuando ya todo el mundo duerme y tú estás en soledad. El cerebro está cansado, tú estás cansado de todo el día y, entonces, de repente, el sensor interno desaparece y halla como un estado de calma, de unidad contigo mismo, donde no hay ruido en el cerebro, donde hay mucha confianza, y, como decía Leonard Cohen, no siempre se alcanza eso.

Ojalá supiese dónde nacen las buenas canciones, que siempre estaría yendo ahí, iría más a menudo. Pero, por la noche, es el momento en el que más fácilmente puede suceder eso o, por lo menos, a mí me pasa así, y las mejores canciones han surgido así del tirón en una horita en la madrugada. Otras las he compuesto por la mañana, otras por la tarde, en todos los momentos uno compone.

La mitificación de la madrugada está justificada y, además, está justificada físicamente.

Sí, yo creo que es un tema científico, el tema de que el sensor interno desaparece porque ha terminado el ruido, has hecho mucha actividad durante el día y las ondas cerebrales están más relajadas.

Por dos veces he alabado tu sentido de la autocrítica, has hecho manifestaciones que no estamos tan inspirados o que pensamos que somos mejores de lo que demostramos ser en canciones o poemas concretos. Creo que, además, estás en un momento de autoexigencia, de considerar que tienes margen de mejora, por ejemplo, como poeta.

Sí, como poeta y como todo. Yo creo que todos podemos mejorar, menos Sabina como letrista, que no puede mejorar. Sí, estoy estudiando ahora poesía, te lo he comentado antes, que estoy estudiando con un profesor clases particulares para que me ayude a mejorar, con Alexis Pimienta que es un genio. No sé si hay aquí alguien que escriba poesía, pero lo recomiendo, sus clases son increíbles. Él es un genio como orador, como poeta, como improvisador de poesía, pero también como profesor. Para mí es una eminencia, tiene tratados escritos sobre poesía y me está ayudando mucho a arriesgar un poco más, a meterme en lugares donde antes no me metía, porque yo creo que, al final, todo artista se acomoda un poco, menos Dylan.

Hay artistas que son muy experimentales. Drexler es un artista muy experimental, pero todos tendemos a copiarnos mucho y, a veces, se utiliza siempre la misma fórmula, los mismos recursos, las mismas voces. Puedes caer en la repetición que, en el caso de Camela, es cojonudo, porque les ha ido súper bien haciendo lo mismo, pero yo tengo mis inquietudes artísticas. Lo cierto es que tengo muchas inquietudes y creo que puedo mejorar mucho todavía como artista. Esto no significa que piense que no tenga buenas cosas, me gustan mucho mis canciones. Creo que se puede aplaudir lo que ha hecho uno y me gusta mucho ‘5 gramos ‘, ‘Puede ser que la conozcas’, ‘Mi paracaídas’… Muchas canciones, pero creo que puedo seguir haciendo más y, si tengo más armas, serán mejores.

Es un ejercicio de humildad maravilloso. Hola, soy Marwán, he vendido cientos de miles de libros de poesía y quiero que seas mi profesor de poesía. Imagino que Alexis lo primero sería… perdón.

Sí, eso me dice él, que soy demasiado humilde. Siempre se puede aprender. Yo creo que es una de las cosas más bonitas de los seres humanos.

¿Te da mucha caña? ¿Te dice: ‘mira, esto no’?

Sí, él me dice: esto es un recurso de poeta inexperto o me dice este es un recurso fácil, si lo llevas por aquí es mejor. Son esas cosas que a lo mejor hace Sabina y tú dices: por qué no hago yo este giro de Sabina… porque no has sido capaz de ver cómo lo hace exactamente, cuál es el proceso creativo que hay detrás, el proceso psicológico que hay detrás. Él me enseña a ver esas cosas, me hace arriesgar mucho más, escribir de un modo mucho más metafórico. Hago muchos ejercicios que luego puedes aplicar o no a tu poesía. Pero, desde luego, siempre está bien tener recursos.

¿Ya tienes canciones escritas después de Alexis?

Después de Alexis no, porque solo llevo tres clases con él, pero estoy avanzando un montón con él. Si queréis os leo cosas que he escrito con Alexis, no tengo problemas.

Palabra que esto no está pactado con él. Estas son las virtudes de Marwán, entre otras cosas, como improvisador, porque ha dicho que sabe improvisar.

Esto no lo grabéis, por favor. Es un poema que le he hecho a Miguel Bosé, muy enfadado tras la entrevista de Luz Sánchez Mellado. A mí siempre me ha caído muy bien Miguel Bosé, lo he admirado. Además, lo queríamos mucho, es un personaje muy querido, por lo menos, por la gente que nos gusta el arte, que nos gustan los artistas que se mojan etc. Le he escrito un poema, es poco compasivo y, por eso, me da pena, porque soy duro con él y no lo quiero hacer público en general. Pero lo voy a leer aquí, porque creo que también debería decir las cosas buenas y, como estoy diciendo, son muchas.

Juego limpio, lo disfrutamos y no lo grabamos.

Dejó de ser el hombre del momento y optó por atentar en la pantalla, optó por lo vulgar como argumento y llenar las entrevistas de metralla, qué triste es verse así, desenfocado, atándose al pasado como un loco, como un artista mal acostumbrado que se ha quedado ciego por los focos, qué malo creerse dios como costumbre, pensar que el resto vive en el engaño, te crees rebelde, llega el punto cumbre, también los descreídos son rebaño.

Reniego de todos esos artistas que sienten que este mundo es su bazar, que creen que el resto somos sus coristas, que somos su bedel particular, se creen los elegidos con sus poses, pero hay algo que suelen olvidar, los dioses siempre dejan de ser dioses si el pueblo los expulsa de su altar y hoy eres tan solo un tonto mal herido, otro cantante que se abona al ruido buscando resarcirse de su drama, pero ha fallado y solo ha conseguido que ya no vean nunca a un elegido, sino a un juguete roto por la fama.

Muchas gracias.

Se lo he mandado hoy a Luz. Lo escribí hace tres semanas y no se lo había mandado, pero se lo tenía que haber mandado el mismo día. Los escribí el mismo día, la misma mañana de la entrevista. Fue bastante desagradable con una periodista, la entrevista de El País, y dije: estoy harto de que no se quieran vacunar. Eso para empezar.

Hoy ha salido la noticia del líder del movimiento anti-vacunas en Italia, que ha pillado la enfermedad y ha explicado que, por favor, la gente se vacune.

Bienvenido, si hacen ese tipo de cosas lo aplaudimos. Queremos salud.

Llegados a este punto, yo creo que hay que acelerar y escuchar. Estás siendo muy generoso Marwán y creo que hay que apelar a tu generosidad y pedir una canción que a mí me parece muy interesante y que, además, no es de las de amor, sino de las de contenido. Hablas de muchas cosas en ‘La ecuación’. La concibo como una fórmula de prioridades vitales frente a las prioridades comúnmente establecidas.

Sí, habla mucho de la vida actual, quizá de la vida muy convulsa. Una cosa que fue inconsciente de la canción es que en las cuatro estrofas digo tiempo. Hablo mucho de estos tiempos, de las cosas que creo que deberíamos evitar en estos tiempos para tener una vida un poco más conectada con nosotros mismos. En el fondo, aunque no lo pronuncie, no lo diga mucho, hablo mucho de la híper-conectividad, de cómo nos desconecta de nosotros. Hablo en la canción de cómo estamos enfocados en lo banal, hablo de cómo estamos enfocados en lo accesorio y no en lo central, en lo que debería ser importante. Hablo de la insolidaridad imperante, porque estamos todos centrados en ganar en producir, en fabricar…

Y hablas de bondad como antídoto frente a todo esto.

Sí, es la conexión con los valores más puros. Creo que vivimos en una sociedad que está bastante desconectada de unos valores bonitos y, en esta canción en específico, lo hago. Siempre pienso que hago mucha canción social, aunque haga mucha canción de amor. Creo que, al final, las cosas, los enfrentamientos o las tensiones que se dan en las relaciones amorosas, en las relaciones familiares, en las relaciones con amigos… son el reflejo también de los enfrentamientos, las tensiones y las cosas que se producen a nivel social entre diferentes grupos sociales.

En mis canciones de amor, hablo sobre conquistas personales, sobre el rencor y el perdón, sobre las luchas entre dos y el encuentro entre dos, sobre el desencuentro y el encuentro. Hablo de un montón de cosas que tienen su fiel reflejo. En este caso, es micro y tiene su fiel relejo en lo macro. Entonces, aunque no haga canción protesta, yo creo que hago mucha canción social, a diferencia de otros artistas que hacen mucha canción de amor soltando cosas. Yo creo que en mi caso trato de ir un poco más, de extraer algo más y de hablar de emociones un poco más profundas, a pesar de estar hablando de canciones amorosas.

Llamamos a Ismael y le decimos que le dedicas ‘La ecuación’.

A Ismael Serrano. Es para él esta canción, le pega.

Disco ‘Mis paisajes interiores’, 2017 penúltimo disco y el primero en Sony.

‘La ecuación’.

Muchas gracias, familia.

No te sientes, vamos a aprovechar que has entrado en calor. Yo creo que después de haberte marcado este pasote puedes cantar las difíciles. Vamos a ver el grado de ‘marwanismo de los aquí presentes, a ver quién sabe el título de la canción que viene a partir de un verso, que es mi verso favorito de la canción. A ver si vosotros lo tenéis localizado, porque puede que no sea vuestro favorito. En esta canción, Marwán decía ‘luchar contra el deseo en plena madrugada es como esperar que dios conteste una llamada’.

‘Luchar contra el deseo en plena madrugada….’. ‘Un día de estos’.

Les hemos pillado.

Es la favorita de todo el mundo. Se nota que vengo poco a Burgos.

Esto lo vamos a solucionar o lo estamos solucionando.

‘La parte interminable’ es muy bonita también, es del rollo.

‘Un día de estos’ es del mismo disco ‘Apuntes sobre mi paso por el invierno’.

Se la sabían todos y todas y les hemos pillado con el jueguecito del verso. ¿Te gusta sentirte o te sientes, de hecho, un exponente de una nueva masculinidad?

Nunca lo he pensado, porque todavía tengo mucho que aprender como hombre, a pesar de que soy súper feminista.

Yo creo que eso se merece un aplauso. Si este señor tiene que aprender mucho como hombre, ni os cuento algunos sordos que sigue habiendo sueltos.

SÍ, alguno tiene que aprender más. Aunque tenga las mejores intenciones del mundo, hemos sido educados bajo el paradigma que hemos sido educados. Entonces, hay que quitar capas y capas y capas. A lo mejor nuestra generación no son las que consigan liberarse de todas esas capas y van a ser generaciones venideras, pero estamos todos trabajando. Lo importante es tener buenas intenciones, poner esfuerzo y dar lo que puedas.

¿Y eres optimista de cara a las generaciones venideras?

En algunos aspectos sí, en algunos aspectos creo que están mucho más evolucionados que nosotros. Por decirte alguien de otra generación que conozco, Pedro Pastor Guerra, en algunos aspectos es 5.0 respecto a nosotros, su evolución personal, etc. y, en otras, no soy optimista viendo el valor que se da a la educación, a las humanidades… El tema de las pantallas como lo tienen dominado y subyugado, hay cosas que te hacen ser optimista y hay cosas que rotundamente no. Es normal.

Hay cosas, pero no vamos a entrar e eso, porque nos íbamos a poner de muy mal humor y creo que vamos a acabar de muy buen humor con una canción que también suelta su componente de bilis y su componente de análisis de esa realidad paralela de las pantallas en las que nos vemos. ¿A ti te descoloca mucho lo que se cuece ahí, te escuece mucho, te desestabiliza lo que te dicen, lo que lees?

Si tú te metes a Twitter es un poco desasosegante. Cada día que te metes ves cosas bonitas, lees cosas de artistas que te interesan mucho, pero también ves enfrentamientos continuos. Y cuando uno aspira a que su sociedad crezca, a que su sociedad se haga madura y sea un buen lugar donde vivir, un lugar de convivencia, un lugar donde pueda haber pactos entre personas que piensan diferente, donde se pueda avanzar a pesar de todo, es bastante desasosegante. Y cuando ves también el grado de tontería, de idiotez en Instagram posando a lo bestia… no pasa nada por hacer un poco de postureo, un poquito. Pero la cosa es que estamos sumidos en la brutalidad de Twitter, en el postureo de Instagram, estamos demasiado fuera, demasiado desconectados de nosotros. Priman valores que a veces son malos.

Los seres humanos tenemos partes violentas, partes vanidosas y tenemos partes agresivas, y nos gusta que nos miren, todo eso está bien, no pasa nada, pero si solo es eso. Si eso se vuelve en nuestros dioses y nuestros altares, mal vamos como sociedad.

¿Te has prometido alguna vez desintoxicarte?

Sí, alguna vez lo he hecho, pero, en realidad, es por mi trabajo que necesito las redes. También es porque quiero compartir cosas bonitas. Muchas veces voy a dejar Twitter un par de semanas, tampoco pasa nada, tampoco pierde tanto Twitter sin mí.

Esta sí que la vais a conocer todos, es del ‘viejo boxeador’, es hasta la fecha el disco con ese señor que tenéis ahí en la portada. La portada es maravillosa, es el papá de Marwán. Esta canción que originalmente la grabaste con Nacho, ahora la vas a tocar aquí en solitario. A ver si pillamos alguno cuál es ese verso y quién es el destinatario. Yo os prometo que no lo sé. Vamos allá.

Os vais a poner a buscar con la lupa.

Gracias, familia.

Muchísimas gracias, Marwán. Aquí la actuación. Habíamos dicho que íbamos a estar una hora y, como era de prever, hemos estado más y creo que podríamos estar más, pero como todo tiene que acabar, vamos acabar con una última pregunta que me ha venido a la cabeza enlazando dos cosas. Alguien ha pillado la alusión de la canción.

Es muy difícil. Soy muy fino, finísimo.

Desconectáis las grabadoras y nos lo dices.

No puedo decirlo, porque va a correr la sangre. Esa era una de las preguntas ¿no?

La pregunta era la siguiente: La canción es muy sabrosa, como habréis escuchado todos, pero hay una frase que, a mí, desde la primera vez que la escuché me pareció muy divertida, que es ‘y por si no es suficiente también me llevaré algún reguetonero por delante…’.

Sí.

Teniendo en cuenta que enlaza con unos de los últimos barullos que ha habido en Twitter, que ha sido el de James Rhodes…

De eso no me he enteado. ¿Qué ha sucedido? Sé que James Rhodes ha dejado las redes, ha dejado Twitter hace un tiempo porque estaba harto.

Ha vuelto.

Amigo…

No, no ha vuelto. Salió en un programa de Televisión Española, además, en un programa minoritario en la 2, en un horario que no lo estaba viendo mucha gente. Dijo a unos chavales de 16 años si, por favor, serían tan amables de explicarme por qué os gusta esto, y él expuso su perplejidad ante el éxito en términos musicales del reguetón. Lo que ha obtenido es una caterva de odiadores profesionales que le han llamado de todo menos bonito. Ha sido tendencia durante unos días, como consecuencia de eso.

No sabía.

Eso es porque estas poco en Twitter.

Cada vez menos.

¿Te estás desenganchando?

Un poquito, lo necesito.

¿Tú entiendes el éxito?

¿Del reguetón? Lo entiendo como un plan. Yo creo que hay un plan para que el reguetón triunfe, creo que hay demasiados intereses para que triunfe. Igual esto me lo estoy inventando, pero siempre lo he pensado.

¿Una conspiración, a lo mejor?

Sí. Es una tontería, pero yo pienso que esto tiene que ver con mi rollo esotérico, que lo soy también. Tiene que ver con que creo que interesa la idiotización de la gente, en general, y, que en medios constantes, hay idiotización constante. En los medios están vendiéndose constantemente imágenes de triunfadores, como si viniese de los de más abajo y es la hija de Mediaset y te la venden como que estuvo planchando camisas o poniendo camisas. Esa gente de Mediaset no perdona.

De Inditex.

De Inditex. No estoy puesto en Twitter y en marcas Mediaset, pero yo creo que los brazos del capitalismo están demasiado en todas partes. No tiene por qué ser el reguetón una conspiración, pero yo creo que se le apoya demasiado y creo que el reguetón favorece mucho la idiotización de la gente a través de unos ritmos que son muy bailables y divertidos, pero que bajan el nivel y la calidad musical de lo que se viene escuchando en general. Si tú ves lo que estaban escuchando los jóvenes de mi edad o ves los 40 cuando yo tenía 16 años, eran grupos brutales: Metallica, Michael Jackson, Queen, Prince… Estamos hablando de los mejores músicos de la historia. Te pones ahora mismo los 40 principales y es música… Hay algunos artistas muy buenos, pero no son artistas históricos ninguno. Yo pienso que se quiere idiotizar a la gente.

Aunque no nos digas quien era el destinatario de tu pulla en ‘5 gramos’, prométenos al menos solemnemente que nunca vas a escribir un reguetón.

Os voy a dar una mala noticia. A mí hay canciones de reguetón que escucho y me gustan, porque luego todo depende de la calidad y de la capacidad melódica del artista. Tú propones una base de reguetón, que, en el fondo, una base de reguetón es una base de rap, y hay ciertas canciones de rap que, de repente, tienen un estribillo melódico y es súper bonito.

Yo creo que depende de la calidad del artista o que es el mismo ritmo que una cumbia y las cumbias tienen unas melodías brutales, con diferencia de que la cumbia simplemente cambia un poco el ritmo. Todo depende de lo que se busque. Si metes letras zafias, si metes patata en la boca para cantar (simula cantar mal) y metes siempre las mismas armonías, generalmente la armonía típica… Hay una armonía muy típica de reguetón que son cuatro acordes, todo el rato lo mismo, y que se repiten en el 80% de las canciones de reguetón, entonces, ahí, se baja el nivel, pero luego hay reguetones recientes, reguetones brutales, y todo depende de cómo se haga.

Yo hace poco he compuesto una cumbia junto con Nash y la hemos arreglado. Nash rapea y yo canto. Yo creo que la melodía es súper bonita y hay un momento que tiene un ritmo que creo que es básicamente reguetón, pero le hemos quitado algunos golpes para que quede menos zafio, lo hemos sonorizado de una manera que no se parezca a todo, pero es un ritmo urbano y creo que es un ritmo interesante y creo que le da va a emocionar mucho a la gente. Yo creo que por ahí se puede ir, creo que hay que tener una intención.

Estoy seguro de que un artista como El Kanka, se hace un reguetón y te hace un reguetón de bandera. Rozalén se hizo ‘Girasoles’, que, al final, es un reguetón, pero, en lugar de tener una base electrónica, tiene una base orgánica con instrumentos de verdad. Por eso, todo depende de como se arregle, todo depende de las intenciones melódicas que tengas, de las intenciones artísticas.

A mí se me venía a la cabeza uno que he escuchado hace unos días, a lo mejor lo conocéis. Un grupo de Granada que se llama Colectivo Da Silva y la canción se titula curiosamente ‘Que Dios bendiga el reguetón’. Está muy bien.

Hay que buscarla.

Hay que buscarla. Señoras y señores, un aplauso enorme a Marwán.

Y para Fernando Neira también, por favor. Muchas gracias, Fernando.

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