El regreso de la tradición
Secuela de una de las versiones recientes en imagen fotorrealista de sus clásicos más afortunadas por parte de Disney,
Maléfica: Maestra del Mal constituye una notable sorpresa. Frente a
Maléfica (2014), en la que, antes de sucumbir a la domesticidad, la tradicional bruja malvada de La bella durmiente era reinterpretada con los rasgos de
Angelina Jolie en clave feminista, ecologista y hasta cierto punto sombría, esta continuación apuesta por una vuelta timorata a lo tradicional y por un espectáculo cuya luminosidad digital está teñida de kitsch. La película arranca con el anuncio del matrimonio de la princesa Aurora, amadrinada por una Maléfica que continúa ejerciendo como guardiana del reino salvaje de las Ciénagas, con un príncipe que encarna los valores de los seres humanos. El enlace entre ambos supondría por tanto una sinergia armoniosa entre naturaleza y civilización, pero determinadas fuerzas oscuras no están dispuestas a consentirlo. La intriga y las aventuras que siguen son tan vistosas como impersonales y la expresividad de
Angelina Jolie es víctima de los efectos visuales y de maquillaje. Una película correcta o profundamente aburrida, como se prefiera.
Lo mejor:
El romance sin complejos entre la princesa Aurora y Philip, un imaginario que empieza a ser exótico
Lo peor:
Angelina Jolie, reducida a la condición de máscara