Reformulaciones del fantástico
Una película que se publicita con descaro como refrito de Alien (1979) y que en sus créditos iniciales subraya esa filiación y la extiende a otros títulos de culto para el aficionado al fantástico como Deep Rising (1998) y
Life (2017) no puede por menos que caer simpática.
Underwater es ni más ni menos que un divertimento atmosférico con espíritu —que no presupuesto— de serie B, en torno a los supervivientes de un grave accidente en unas instalaciones submarinas, que habrán de lidiar con algo aún peor: monstruos abisales. Propuesta de tan solo hora y media marcada por la acción y las sorpresas desde el minuto uno,
Underwater intenta marcar distancias con sus muchos modelos apelando a los encantos ambiguos de
Kristen Stewart, cierto naturalismo en las situaciones y las reacciones de los personajes, guiños a Lovecraft, y un veterano al cargo de la fotografía, Bojan Bazelli, colaborador frecuente de Gore Verbinski. Y ese, junto a la indecisión del relato en algunos tramos, acaba por ser, quién iba a decirlo, el gran hándicap de la película: las imágenes son tan borrosas y oscuras que en ocasiones es imposible discernir qué sucede. Algo que nunca habría podido permitirse una auténtica serie B.
Lo mejor:
Director y guionistas, afines al género, intentan con honestidad plantear una serie B con presupuesto A
Lo peor:
Pueden disculparse los problemas de producción que ha sufrido la película, no la opacidad de sus imágenes