El pueblo de Balboa en Castilla y León tiene sólo 50 habitantes, pero viven rodeados de una belleza increíble
Turistas de todo el país vienen aquí para familiarizarse con la tradicional casa-palloza, mientras descubren los secretos de los rincones naturales de la zona. Para aquellos que quieran mantenerse alejados del ajetreo y el bullicio de la gran ciudad por unos días y conectarse con la naturaleza, esta zona se considera un lugar ideal.
Patrimonio indiscutible
Balboa tiene un rico patrimonio natural y una deliciosa gastronomía. Al igual que los habitantes de los asentamientos vecinos que han pertenecido a la región gallega, los balboanos han mantenido intactas sus casas tradicionales, compuestas por pisos redondos, muros de piedra y techos ahusados.
Una casa así se llama palloza. La tabla de madera se convirtió en un símbolo del pueblo. Los turistas de todo el país van allí y pasan la noche en esas casas.
Balboa es la puerta de entrada a partes de la Sierra de Ancares, ubicada en las regiones de Castilla y León y Galicia. Los osos pardos viven en la zona de Castilla y pocas personas logran verlos. La entrada al pueblo es el Parque Natural Parque de Balboa y su pequeña playa fluvial. Desde aquí, los visitantes se dirigen a la montaña donde se encuentran las ruinas del Castillo de Balboa.
El pueblo
Cuenta con su propia oficina de turismo y museo, que contiene una gran colección de objetos tallados en madera por el artista y escultor local Domingo González de Cantejeira. Balboa acoge diversos festivales culturales, lo que permite a los residentes locales ponerse en contacto con la música y el arte internacional sin salir de sus casas.
Festivales de música en Balboa
Deberías ir especialmente en verano porque alberga uno de los festivales de reggae más importantes de Europa en el mes de julio. Combina música, tradición y naturaleza. Igualmente el verano es famoso por terminar con el Festival de música celta de Balboa.
El Castillo de Balboa
La visita obligada en la zona es caminar por la carretera que conduce a las mismas ruinas del castillo, que se encuentra en una colina que domina el valle. Desde allí se puede contemplar la vista panorámica del pueblo y las montañas cercanas, de espectacular belleza.
Este castillo fue construido con fines defensivos, al igual que la mayoría de las fortalezas de esta zona. Durante tres siglos pasó de una mano a otra. Además de este paseo, también merece la pena caminar por la mañana o por la tarde hasta la Cascada de Cantejeira, que casi linda con Lugo. Para hacer esto, debes conducir hasta el pueblo vecino del mismo nombre, a 10 minutos de Balboa, donde comienza la ruta de 4 kilómetros hacia la cascada.
Se considera un paseo sencillo e incluso adecuado para hacerlo en compañía de niños. El camino es muy estrecho y sinuoso, y finalmente pasarás a través de un bello bosque de castaños. Sin duda toda una aventura que resultará inolvidable.