Las terrazas y el pequeño comercio la solución COVID 19 para la primera fase de desconfinamiento
Tras cinco semanas deconfinamiento, y aún sin saber cuándo acabará el encierro, los sectores de la hostelería y el comercio, parados desde que se decretó el estado de alarma y de los que más están sufriendo, ya estudian cómo podría ejecutarse su vuelta a la actividad.
Será progresiva: primero abrirán unos comercios, luego otros… Probablemente se inicie en unas regiones las menos afectadas por los contagios antes que en otras y se propone la apertura inicial de las terrazas, pero con más espacio en la calle.
Éstas son algunas de las propuestas lanzadas por Hostelería de España, que agrupa a casi 303.000 bares; Acote, la patrónal textil; la Confederación Española del Pequeño Comercio (CEC) y Aeco, la mayor asociación de fabricantes y distribuidores del país.
Las medidas que se han implementado en los supermercados servirán corno ejemplo para este retorno a la actividad de otros sectores. En el caso de los bares, una de las propuestas que se plantean es la segmentación por población y edad: que tengan mayor libertad de movimientos los inmunes o más jóvenes. Fuentes del sector ilustran con el ejemplo del sistema de las pulseras de los hoteles resort, que actuarían como una especie de pasaporte biológico: Una blanca para las personas que han pasado el coronavirus (o aquellas que, con un documento médico acrediten haber estado hospitalizadas). Una pulsera verde para la población que no se considera de riesgo y sin problemas de salud. Una roja para la de alto riesgo. «Ante el planteamiento de salida estamos aún muy verdes, en una fase más de ocurrencias que de planes concretos. Si está claro que esa idea de que en las playas las toallas estarán a dos metros unas de otras es ciencia ficción», dice señala Emilio Gallego, presidente de Hostelería de España. El sector calcula que el 15% de los bares del país no sobrevivirán al encierro, quebrarán. Mientras hostelería y comercio reclaman participar en este plan de vuelta a la actividad en el que estada trabajando el Gobierno, éste, según fuentes cercanas, de momento monitoriza las soluciones aplicadas en China y Corea del Sur (ya en una fase avanzada), Italia (por ser el país más homólogo y parecido a España), Alemania (por su peso) y Austria, que ya ha comenzado la actividad.
«Estamos en un gran escenario de operaciones, que es Europa, y hay que ver lo que se hace en Austria, Dinamarca y República Checa, pero no en China o Corea. Madrid y Barcelona se parecen más a Copenhague o Praga que a Wuhan», dice Gallega.
Desde Hostelería de España reclaman que en esta reactivación de la actividad haya una segmentación
de la población en función del riesgo y también por regiones.El nivel de contagio es dispar y las soluciones no pueden ser ‘café para todos’. Leganés no puede tener el mismo modelo de salida que Sanabria, con poco contagio», señala Gallego.
Desde Aecoc, principal asociación de fabricantes y distribuidores, creen que las medidas que ya hay en los supermercados «servirán como referente para la vuelta a la actividad del comercio». «Las medidas que ya ha adoptado la industria y la distribución alimentaria (mantener distancias, dar EPIs a sus trabajadores, controlar aforo, flexibilizar horarios de apertura…) y que están funcionando son las que pueden permitir la apertura gradual de otro tipo de establecimientos».
Para los hosteleros, una opción sería abrir primero las terrazas y duplicar el espacio en las mismas («sería una concesión de los ayuntamientos») dado que «se supone que con calor y en la calle el contagio es más dificil. La gente con carta blanca sí podría acceder al interior del bar, porque «no tiene sentido que a dos inmunes les obligues a estar a dos metros de distancia». Para el comercio los tiros apuntan más por una apertura por tamaño del establecimiento, no por tipología. Primero irá el pequeño comercia las tiendas de barrio... «pues se evitan las aglomeraciones», señala Eduardo Zamácola, presidente de Acote, patronal textil. La restricción del aforo afectaría más a los comercios grandes. «Por motivos de aforo y de control, es lógico pensar que el pequeño comercio será el primero en abrir sus puertas», coincide Pedro Campo, presidente de la CEC. Éste «será el conejillo de indias. Nosotros vamos a testar cómo va a ser esta vuelta a la actividad antes de que abran otras grandes superficies», señala Zamácola. Aun así, «las tiendas físicas sufrirán mucho porque el contacto con el cliente se va a perder y habrá temor. La gente, por ejemplo, no querrá probarse la ropa que ya se ha probado otra persona», añade. Para Campa «habrá, además, que hacer un desembolso económico para adaptar los establecimientos, (Instalación de mamparas, compra de EPIS..), y tenemos que conocer qué inversión nos va a suponer. Necesitamos un calendario».
Fuente: EL MUNDO. VIERNES 17 DE ABRIL DE 2020-RAQUEL VILLAECIJA MADRID