La cultura española es de sobra conocida en todo el mundo y atrae a millones de turistas cada año al país para disfrutar de ella. Uno de los aspectos más importantes de la economía española, que da forma a parte de su cultura, es la agricultura. Plátanos de Canarias, naranjas de Valencia o los melones de la Mancha no solo se consumen en el país, sino que se exportan a todo el mundo.
Desde hace unos años, el agroturismo ha ido ganando en protagonismo. Proporciona una experiencia de viaje completamente diferente, pues lo normal es alojarse en una casa con una granja, huerto, plantación o viñedo en sus instalaciones. Cientos de años de tradición agrícola hacen de España la elección perfecta para un viaje de estas características.
¿Qué es el agroturismo?
El agroturismo es una variante del turismo que consiste en atraer visitantes a las zonas agrícolas, generalmente con fines educativos y recreativos, con actividades para toda la familia. Esto permite a las granjas y al pueblo cercano obtener ingresos adicionales. En función de la granja, las actividades pueden variar. Los visitantes pueden, entre otras cosas, conocer los distintos tipos de cultivos agrícolas, dar de comer a los animales, hacer actividades basadas en la naturaleza, montar a caballo, hacer senderismo por los alrededores o degustar los productos locales.
Estos lugares ofrecen una experiencia diferente y muy alejada del bullicio y el estrés de la vida urbana. España cuenta con paisajes de ensueño, muy diferentes dependiendo de la zona del país que se visite, donde cada granja y pueblo poseen sus propias tradiciones agrícolas, culturales y lingüísticas. Así pues, los amantes del turismo rural pueden alojarse en caseríos en el País Vasco y Navarra, casonas en Asturias, pazos en Galicia, masías en Cataluña, etc.
Motivos para probar el agroturismo
La mayor parte de la gente, cuando piensa en turismo, se decanta por visitar ciudades en otros países o ir a la playa. Si bien son opciones igualmente válidas para disfrutar de las vacaciones, es mucho más probable encontrarse con multitudes allí, lo que puede producir una menor desconexión y descanso respecto al tiempo de trabajo y la vida en la ciudad.
Además de beneficios adicionales, como aire fresco, estar rodeado de plantas y tomar el sol, el agroturismo fomenta la conexión con la tierra, especialmente en una época en la que la sociedad consume cada vez más productos ecológicos y de proximidad. Esta cercanía da la oportunidad de interactuar cara a cara con las personas que mejor conocen la tierra, los agricultores. Es el equivalente a visitar un lugar concreto con un guía. Sí, es posible disfrutar sin un guía, pero si quiere conocer a fondo la historia y los detalles, es necesario alguien que tenga ese conocimiento y que lo pueda transmitir a otros.
Tres granjas a visitar en España
Granja de San Miguel
Esta granja se encuentra en Salem, un pequeño pueblo de Valencia a menos de 1 hora de la ciudad y a apenas 20 km. de Gandía, uno de los destinos de playa más populares en la costa mediterránea. La granja está especializada en equitación, pero si no le gusta, dispone también de spa, piscina, hectáreas de jardines con distintos tipos de cultivos y deliciosa comida. Aunque la casa de campo tiene instalaciones modernas, mantiene gran parte de su estilo tradicional, con un ambiente acogedor y ligeramente rústico. Desde la finca se puede practicar senderismo o montar en bicicleta por los bosques y colinas de los alrededores.
La Bobadilla
A caballo entre Granada y la Costa del Sol, se encuentra esta finca con un palacio de estilo morisco y una serie de antiguos edificios señoriales reconvertidos en hotel. La propiedad dispone de una enorme finca en la que se pueden encontrar un spa, una piscina, un gimnasio, un parque infantil, varias pistas de tenis y jacuzzis, dos bares y tres restaurantes. Además, sus jardines cuentan con olivares y bosques de roble, así como hermosas vistas de los alrededores. Por si esta oferta no fuese suficiente, se organizan salidas con bicicletas y quads, paseos a caballo, visitas guiadas, etc.
Hacienda Zorita
Con una ubicación excelente, a orillas del Duero y cerca de Salamanca, se trata de una finca vinícola que data del siglo XIV y es ideal para mimarse. Su spa cuenta con tratamientos únicos a base de vino y aceitunas, y organiza diferentes actividades, como catas de vino y queso, sesiones de yoga, picnics en el césped o películas en el cine al aire libre. La granja produce gran parte de los alimentos que terminan en su mesa en el restaurante, por lo que no solo encontrará viñedos, sino también diferentes tipos de cultivos agrícolas en sus instalaciones. Una opción perfecta para disfrutar de comida orgánica y ver fauna local, como jabalíes, zorros, liebres o águilas.