Las apuestas deportivas constituyen una de las formas de ocio más populares de la actualidad. Aunque tendemos a pensar que son un invento moderno, no es así. Al menos no del todo. Es cierto que la fórmula actual se configuró hacia el siglo XVIII en Inglaterra. Sin embargo, es cierto que sus orígenes reales son mucho más antiguos.
Apuestas deportivas en la Edad Antigua
De hecho, podríamos situarlos fácilmente en la época de la Grecia clásica. Los juegos Olímpicos se crearon hacia el año 776 a.C. y casi al mismo tiempo aparecieron las apuestas deportivas como tal. Los Juegos Olímpicos se celebraban cada cuatro años y, tal y como hacemos hoy, se hacían apuestas sobre los deportistas ganadores de cada disciplina.
Un poco más adelante, en el Imperio Romano, las apuestas se introdujeron dentro del mundo de las batallas de gladiadores y otros deportes como las carreras de cuadrigas. Además, lejos de desaparecer, las apuestas deportivas continuaron ancladas al imaginario cultural, también durante la Edad Media. Entonces se introdujeron dentro de otros ámbitos como los torneos de tiro con arco, el lanzamiento de cuchillos y dentro de todo tipo de competiciones entre caballeros.
Aunque fue en la Edad Moderna, entre el siglo XVIII y el XIX, donde adquirieron una especial relevancia, ya estuvieron presentes en la historia antigua como hemos podido ver.
Edad Moderna: Las apuestas deportivas se profesionalizan
Las bases actuales se asentaron dentro de Reino Unido con la aparición de las carreras de caballos. Podríamos decir que fue entonces cuando adquirieron un peso considerable industrializándose en cierto modo y adquiriendo matices más profesionalizados. Hoy, más de dos siglos después, las apuestas de caballos siguen manteniéndose como uno de los productos más cotizados dentro de las casas de apuestas.
Y, en cierto modo, es un legado de Harry Ogden, el que hoy se considera el primer corredor de apuestas de la historia. Su popularidad creció hasta tal punto que acabó inspirando a otras ramas del deporte.La evolución que sufrieron las apuestas deportivas y su continua propagación entre diferentes círculos sociales, derivaría en cambios también a nivel legal. Uno de los más relevantes sucedió hacia el año 1845 cuando el Gobierno británico adoptó una nueva ley sobre el juego, muy restrictiva, por cierto.
Este primer precedente dentro la historia moderna abrió el camino para un desarrollo que dura hasta nuestros días. De forma gradual las apuestas deportivas comenzaron a ganar peso en los medios de comunicación y a contar con más adeptos. Los periódicos británicos más populares comenzaron a hacerse eco de esta nueva forma de ocio. Aparecieron entonces secciones específicamente orientadas a las apuestas deportivas como tal. Además, esta demanda también se reflejó en la apertura de locales de apuestas. Dentro de estos establecimientos especializados, las carreras de caballos eran el deporte que despertaba mayores expectativas aunque también aparecieron otras modalidades como, por ejemplo, las carreras de galgos.
El boom de la industrialización influye en los hábitos de ocio de una nueva sociedad
El proceso de expansión desde entonces fue imparable. Poco a poco, fueron atravesando fronteras y encontrando un enorme éxito en Estados Unidos y, con posterioridad, a lo largo y ancho del continente europeo.
Esta difusión de la cultura de las apuestas se vio impulsada con la recuperación de los Juegos Olímpicos. Fue hacia 1896 cuando Pierre de Coubertin decidió rescatarlos para impulsar la motivación de los deportistas amateurs y para proteger los valores fundamentales del deporte.
Desde el año 394 después de Cristo habían permanecido “prohibidos” por haberse considerados inmorales. Dicha prohibición se hizo en el mismo lugar donde fueron gestados: en la Antigua Grecia. Recuperarlos agregó un nuevo factor de enriquecimiento en el mundo del deporte y allanaría el camino para un crecimiento sin precedentes de la industria de un sector incipiente junto a otras industrias paralelas. Entre ellas, los casinos o el periodismo deportivo.
Durante las décadas siguientes las apuestas se fueron convirtiendo en un hábito cada vez más integrado dentro del mundo del ocio. Hubo que esperar hasta 1961 para que se inaugurase la primera casa de apuestas oficial de la historia. Gracias a la legalización de este tipo de establecimientos por parte del gobierno inglés la industria vive un auténtico boom. Entonces se abrieron las puertas de más de 15.000 locales en Reino Unido. ¡Increíble!
En la actualidad, estamos viviendo una nueva revolución en el mundo de las apuestas deportivas. La irrupción de Internet y el vertiginoso desarrollo que ha sufrido el sector digital ha dado lugar a los casinos online. Una modalidad que permite a los jugadores hacer apuestas desde cualquier lugar del mundo, en tiempo real y con grandes garantías de seguridad.
Además, aunque en la actualidad las apuestas están viviendo un renacimiento con los e-Games, los casinos online cuentan con todo tipo de formatos que van más allá: Slots, juegos interactivos, ruletas rusas…