Ser crupier es una de las profesiones con más futuro que existe, pero no todo el mundo puede ejercerla. Del universo del juego se pueden aprender en todos los sentidos. Los mejores crupieres conocen a la perfección su profesión, antes de estar en esta parte de la mesa han estado en la otra. Para llegar a convertirse en un buen crupier se deben realizar unos pasos previos que determinarán si realmente puede valer para el trabajo o simplemente se ha dejado cegar por las luces del casino. Este mundo de glamour y de dinero es sumamente existente.
Para ser crupier primero hay que ser jugador
Entre las cualidades de un perfecto crupier está la de un conocimiento total del juego. Nunca podrá atender correctamente a los jugadores si antes no es capaz de ponerse en su lugar. En Latinoamérica hay países perfectos para empezar a practicar, la situación legal del juego online en Argentina depende de la provincia, siendo uno de los lugares en los que se puede aprender a jugar. La prueba de este hecho, está en la primera escuela de crupieres de este país, Hernán Costa, ha creado uno de los primeros centros de este tipo de toda latinoamérica. Demuestra de esta manera la gran capacidad de los argentinos de poder practicar y jugar libremente está en estos gestos. Un aprendizaje que hasta ahora se realizaba en los propios casinos y hoy en día cuenta con sus propias escuelas.
Las habilidades de un crupier van más allá de la mesa de juego. Mentalmente tiene que ser muy rápido, anticiparse a las jugadas y realizar las cuentas correctamente. Esta habilidad solo estará presente en una persona que ha practicado mucho previamente. Al igual que la capacidad de contar y repartir cartas rápidamente. La destreza con las manos es uno de sus principales puntos fuertes. Para poder conseguir esa velocidad se puede practicar en casa.
Qué debe hacer un crupier en un casino
Las funciones del crupier requieren en primer lugar de un don de gentes. Es el intermediario entre el jugador y la suerte que este pueda tener. El negociador que conseguirá más partidas para el jugador o le dará la confianza necesaria para que la mesa sea afortunada y acabe ganando el premio por el que ha luchado. Un papel principal que debe aplicarlo siempre que sea posible.
Reparte el juego y juega. En juegos como en el blackjack se convierte en el rival a batir. Debe tener la habilidad necesaria para contar muy rápidamente y hacer los cálculos necesarios para calcular los premios. La ruleta requiere que atienda a las casillas y a cómo se reparten las fichas cada uno de los clientes.
Es el que se encarga del dinero. El buen crupier deberá gestionar su mesa a la perfección, atendiendo a las apuestas y las victorias de cada uno de los jugadores. Es la cara visible del casino y por lo tanto deberá actuar como tal. No debe haber ninguna pérdida y su tarea consistirá en facilitar al máximo la partida.
Un croupier atento y directo
La fortaleza mental de un crupier debe ser enorme. Las partidas pueden durar horas y horas en las que no deberá perder ni un poco de su energía. Controlar en todo momento cada jugador y hacer sus propios cálculos. La atención plena de un crupier es la que marca la diferencia, no se distrae con facilidad y se concentra en el trabajo que está realizando.
Debe ser directo para evitar cualquier tipo de trampa. Hay jugadores que llegan a un casino con la idea de hacer trampas, algo que acabará pasando factura al casino y a la tarea del propio croupier. Por ese motivo, deberá estar atento a todo lo que sucede en la mesa y ponerse firme en caso de que lo necesite. Defender los intereses del casino es una de sus misiones más importantes.
Un crupier es una figura relevante de cualquier casino, un gestor e intermediario que se coloca frente a los jugadores. No son tareas sencillas las que debe realizar y se necesitan unas cualidades esenciales para convertirse en uno de ellos. Un jugador nato que ama el juego y es capaz de conducirlo de una forma esencial, haciendo que cada partida se convierta en un placer para todos.