¿Eres de los que terminan los viajes pensando en el siguiente? A pocas horas de vuelo se esconden lugares con encanto, repletos de historia, cultura y naturaleza en los que perderte. Apunta estos destinos baratos en Europa para tu próxima escapada low cost, porque los mejores lugares no son siempre los más sonados. Lejos de capitales frenéticas y grandes lujos encontrarás una gastronomía excelente, parajes inigualables, playas, museos… Porque lo barato no es solo sinónimo de llevar la mochila al hombro, te recomendamos estos destinos para perderte por el continente sin resentir tu cartera.
Destinos baratos en Europa para viajar este año
Oporto, Portugal
Oporto es la ciudad ideal para una pequeña escapada de 2 o 3 días. Situada en el país vecino, Portugal, si vives cerca de la frontera podrás trasladarte fácilmente en coche (si no, desde las principales ciudades dispones de vuelos a partir de 16 euros el billete). Un viaje más que barato para llegar a este destino de azulejos azules y blancos a orillas del Duero. La villa portuguesa, a orillas del Atlántico, alberga tesoros como el puente de Don Luis I; la Catedral de la Sé, de estilo mixto románico y gótico y la increíble estación de Sao Bento, todo un museo recubierto de 20.000 azulejos que muestran la historia de Portugal.
Tampoco puedes perderte la Torre de los Clérigos ni la librería Lello e Irmao que, pese a su semejanza, no está relacionada con Harry Potter. Y, como el turismo también se hace con el estómago, no te olvides de probar una francesiña y su famoso vino. ¡Oporto es un destino para no pensar en las calorías!
Budapest, Hungría
Budapest es ciudad indispensable para todos aquellos que buscan destinos baratos por Europa. Dividida en dos por el río Danubio, Buda y Pest conforman la capital de Hungría. Antiguas ciudades imperiales con una apasionante historia que puedes conocer contratando un freetour (si ya es fundamental realizar este tipo de actividades en cualquier destino, en Budapest, todavía más).
Conocida como «el París del Este», encontrarás hermosos castillos, palacios y vistas inolvidables desde lo alto de la colina y sus puentes. Más allá de su oferta cultural no puedes dejar la ciudad sin pasar por uno de sus famosos baños termales. Los de Széchenyi son los más recomendables, ya que su precio y su arquitectura harás que disfrutes bañándote al aire libre. Si acudes en invierno, podrás disfrutar de sus piscinas termales cuando la temperatura exterior esté bajo cero.
Praga, República Checa
La capital de la República Checa está considerada como una de las ciudades europeas más baratas para viajar. En la «Ciudad de las Cien Agujas» deberás guiar tu itinerario por la Plaza de la Ciudad Vieja y la Plaza Wenceslao, imprescindibles en Praga. También deberás parar en el Puente de Carlos, el Monasterio Strahov y el Castillo, y pasear por los bosques dorados del monte Petrín.
En Praga encontrarás su centro medieval, a orillas del río Cltava, y los palacios barrocos que marcan su ciudad. Además, para que tu viaje sea más económico y no pierdas ni un solo segundo en descubrir la ciudad, la multitud de puestos con comida para llevar harán más fácil que ahorres dinero mientras disfrutas de los productos típicos.
Cracovia, Polonia
Cracovia completa el triplete central de destinos baratos en Europa. Si puedes alargar tu viaje y buscas conocer la mayor parte de ciudades posibles ahorrando dinero, Budapest, Praga y Cracovia son ideales para hacer en un solo viaje. La conexión por tren de Europa central es estupenda y la disponibilidad de horarios y el bajo coste de los billetes harán de tu viaje una oportunidad ideal para conocer varios países a la vez.
En Cracovia, famosa por sus monumentos históricos y su arquitectura, no puedes perderte el castillo de Wawel y la plaza medieval de la Ciudad Vieja. Además, en la antigua capital real de Polonia encontrarás una de las mejores vidas nocturnas de toda Europa, pues te encontrarás en el lugar con una de las densidades más altas de bares y pubs del mundo. Rematado todo por ser una de las fiestas más baratas del continente. Un destino ideal para jóvenes (y no tan jóvenes) que busquen diversión y nuevas experiencias.
Nápoles, Italia
Si quieres disfrutar de la maravillosa gastronomía italiana por un moderado coste, Nápoles es tu destino ideal. La pasta y la pizza te están esperando a orillas del Mediterráneo en el que el caos y la belleza se fusionan para dar lugar a la ciudad más colorida de Italia. En tu visita no puedes perderte la Piazza del Plebiscito, uno de los símbolos de la ciudad, donde se encuentran el Palacio Real o la Basílica de San Francisco de Paula. La Gallería de Umberto I cuenta con una bóveda de hierro y vidrio que hacen de ella uno de los sitios más bonitos de Nápoles, pero atrás tampoco se que da la Cappella Sansevero.
Más allá de sus monumentos, Nápoles es una ciudad para impregnarte de su vida cotidiana. En la Spaccanapoli podrás sentir la división de los barrios y cómo es el día a día de las personas que viven allí. Y, para un viaje completo, sumérgete en su gastronomía: la auténtica pizza napolitana, mozzarella di bufala, struffoli o el limoncello di Sorrento.
Riviera Albanesa, Albania
Albania se ha convertido en el nuevo destino idílico del este. Sus zonas costeras paradisiacas hacen de la Riviera Albanesa uno de los últimos reductos del Mediterráneo por descubrir, que está comiendo terreno a Croacia. Bañada por las aguas del Mar Jónico, al sur del país se encuentra la Riviera Albanesa: un tramo costero y montañoso de más de 100 kilómetros de extensión. Sus playas y acantilados van desde Vlorë hasta el Parque Nacional de Butrinto, en la frontera con Grecia.
Las aguas cristalinas y turquesas y la arena clara se suceden a lo largo de las costas. Albania es un país para recorrer que mantiene precios muy asequibles para vivir unas vacaciones irrepetibles. En tu ruta debes visitar las playas de Ksamil, Kakome Beach, Lukove o Porto Palermo, entre otras. Sin duda, será un viaje en los que te dejas llevar a lugares inolvidables.
Riga, Letonia
El estilo Art Nouveau marca los edificios de la capital de Letonia, conocida también como el «París del Báltico». Riga es un tesoro escondido del que, en muchas ocasiones, las referencias son escasas. Pero partiendo de que su casco histórico está considerado Patrimonio Unesco, nos encontraremos con una ciudad que no puede defraudar.
En su visita, debes pasar por la Plaza del Ayuntamiento, detenerte en la Casa de las Cabezas Negras, de estilo barroco y gótico, y visitar la Corner House, un icono de la KGB donde se llevaban a cabo las detenciones, interrogatorios y ejecuciones. Entre sus edificios Art Nouveau encontrarás también la estatua de los Músicos de Bremen: el burro, el perro, el gato y el gallo. Una ciudad llena de sorpresas de las que merece la pena visitar una vez en la vida.