A lo largo de estos últimos años, el desarrollo de Internet y las nuevas tecnologías han transformado por completo todas las industrias, obligándolas a adaptarse a las nuevas demandas de un mercado totalmente globalizado e interconectado. Por supuesto, esta tendencia también se ha dado en la música, que tras una década convulsa está consiguiendo de nuevo la rentabilidad que la caracterizaba a finales del siglo XX.
De hecho, el crecimiento del sector musical se ha entrelazado con la industria del ocio y el entretenimiento, generando audiencias masivas que actualmente se concentran en el ámbito digital. Además, ha conseguido aprovechar las ventajas tecnológicas para generar nuevos ritmos, directos más espectaculares o modelos de negocio que eran impensables hace un tiempo, como sucede con el caso de Spotify, YouTube Music o Amazon Music.
Uno de los grupos que mejor supieron entender la tecnología fueron U2, pioneros en desarrollar eventos multitudinarios que empleaban técnicas sofisticadas de vídeo, luces o sonido. Eso sí, desde entonces los cambios no han dejado de producirse, con unos pronósticos de futuro que han generado grandes expectativas debido a los avances que ha experimentado la realidad virtual.
En este contexto, algunos podrían decir que se ha perdido el encanto o la magia de la música en directo, donde el artista se convertía en el centro de todo. Sin embargo, no podemos pasar por alto que este tipo de complementos tecnológicos potencian todavía más la inmersión del público, generando nuevos fenómenos artísticos que cuentan con facetas más multidisciplinares.
La industria del ocio necesita de la música para impulsar la inmersión
La intención detrás de todo esto es generar una experiencia de 360º en el público, algo que no es nuevo y que lleva muchos años desarrollándose en la industria del ocio y el entretenimiento. Así, sectores tan importantes como el eGaming emplean la música para impulsar la inmersión en cualquiera de los juegos online que tenemos a nuestra disposición, en los diferentes portales digitales. Gracias a ello, el usuario le otorga más valor al resultado final, algo que se traduce irremediablemente en una relación de fidelidad que es muy difícil de conseguir fuera del ámbito digital.
De esta manera, podemos atrevernos a decir que la música se convierte en un elemento distintivo entre las plataformas digitales y la vida real, pero con la curiosidad de que se considera algo positivo. Además, cada uno de estos títulos cuenta con melodías características, que tratan de representar sensaciones o sentimientos conforme vamos jugando.
Los formatos físicos no desaparecerán, pero se han adaptado con éxito
Finalmente, merece la pena destacar que los formatos físicos de la música no desaparecerán, aunque esta adaptación requiera unos cambios sustanciales y una evolución que puede dejar de lado ciertos aspectos tradicionales. Uno de los casos más notables son los discos, que siguen construyéndose de la misma manera desde el punto de vista artístico, pero su comercialización ya no se basa solamente en un formato CD y una carátula. Sin embargo, los nuevos lanzamientos siguen generando las mismas expectativas en la actualidad que hace décadas, especialmente cuando hablamos de artistas internacionales.
Por lo tanto, el futuro de la música está en el ámbito digital, algo que se mantendrá durante los últimos años y seguirá contando con novedades. Aun así, tendremos que esperar para seguir conociendo novedades creativas en este ámbito, con tendencias al alza como la realidad virtual, los festivales o las plataformas digitales de contenido.