Mañana sábado harán 25 años desde que Lola Flores murió, pero su estela sigue viva. La artista de artistas, la más grande, la faraona. La mujer que dejó huella en la historia de España. Su carácter, sus declaraciones transgresoras y sobretodo, su música, sigue presente en la cultura de nuestro país.
La vida de Lola Flores
Lola nació en Jerez de la Frontera el 21 de Enero de 1923, y con ella comenzaba la saga de los Flores. Maria Dolores Flores Ruiz fue una niña que vivió desde los dos años en Sevilla, y a los diez comenzó a bailar. En los años 40, la artista llegó a Madrid y su fama cada día era mayor. Su primer contrató lo firmó con Ceséro González por lo que sería 24.000 euros, una cantidad desorbitada en el momento. Con 16 años ya se colaba en las listas en el número 1 con ‘Amor, Amor’.
Se compró una casa, y como todos sabemos, la gestión de su patrimonio nunca fue buena. No le importaba mucho el dinero, y siempre ayudó a quien lo necesitaba. Antes de su famosa relación con ‘El Caracol’, su relación con ‘El Niño Ricardo’ marcó sus primeros años en la capital.
Quiso ser actriz, pero su padre se lo prohibió porque eran años del destape. Cuando se casó con el argentino Guillermo Furiase en 1983 comenzó su camino como actriz. Estuvo a punto de no casarse por la cantidad de gente que llegó a la boda. Guillermo fue luego representante de La Faraona. Pero en la vida de Lolita, la mayor de las González-Flores, hubo otros hombres como Antonio Arribas, Paquirri y hay quien dice que también Serrat, su amor platónico.
Cruzó el mar y en América fue una gran estrella. «No canta, no baila, no se la pierdan», este era el titular del New York Times sobre la folclórica que la hizo volar alto. Se codeó con las celebridades americana como Gary Cooper, Onnasis y todos los personajes que no podían perderse una celebración con Lola. Conquisto América y su fama era inmensa.
Sus relaciones con los hombres eran ‘demasiado modernas’ en la época. Estuvo con actores, futbolistas y toreros, y casi se casa con Manuel Pazos. Todo ello hasta que «llegó su gitano». Antonio González, El Pescaílla, fue su primer marido y se casó con él a escondidas, de madrugada en el Escorial.
Antonio y Lola componían juntos, y los éxitos de la faraona llevaban a todo el mundo. Su vida era una celebración constante y muchos recuerdas aquellas grandes fiestas que duraban días en su casa.
A finales de los 70 se rumoreaba que la artista tenía una relación con Antonio Carrasco, El Junco. Nadie dijo nada hasta después de su muerte, que se confirmó la relación extra matrimonial de Lola.
Los peores momentos de la vida de Lola Flores
En 1972 fue diagnosticada de cáncer, y lucho contra él 23 años. Su dura batalla contra la enfermedad se unió a sus problemas con Hacienda. Fue acusada de no hacer la Declaración de la Renta desde 1982 hasta 1985, por lo que pidieron prisión, una multa de 96 millones de pesetas e indemnización de 52 millones de pesetas. Después de ese famoso momento en el que pedía a cada español una peseta, finalmente tuvo que pagar 28 millones.
Durante su vida, Lola nos dejó momentos de la historia de la televisión, por su carácter, su humor y su alegría. Quedan en la historia de España sus frases como «Si me queréis, irse», «Tengo más fuerza que Chernobyl» o «Tu eres una piedra dura de Chipiona que no se puede aguantar».
Lola murió el 16 de mayo de 1995
La Faraona quería despedirse en el Teatro Calderón, pero su capilla ardiente fue en el Centro Cultural de la Villa. Más de 200.000 personas acudieron a su despedida, porque como ella dijo: «Quiero que pasen delante de mí todos los mariquitas y la gente que me quiere mucho”. Antes de morir le pidió perdón a su marido. Aquel día murió Lola, un personaje histórico de nuestro país.
Lolita y Antonio, sus hijos, comenzaban en el cine aunque la música era una de sus pasiones. Antonio despegaba en su carrera pero no puedo superar la muerte de su madre. Catorce días después de la muerte de Lola, apareció muerto en la cabaña del jardín de la casa familiar, “El lerele”, en Madrid.