La Mezquita de Córdoba es un reducto de arte, historia y sabiduría. Un templo de referencia en la ciudad, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1984 y uno de los lugares de mayor interés turístico y cultural de Europa. Este conjunto monumental es un referente cultural en el mundo Occidental y uno de los edificios más relevantes desde en el arte omeya hispanomusulmán desde su construcción en el año 785.
Sus reconocidos arcos guardan más de 1.200 años de historia en una ciudad que fue capital del Califato cordobés, de esas que dejan huella, y que desprenden magia entre sus calles. A lo largo de los años, la Mezquita de Córdoba ha servido de culto para diferentes divinidades, y el paso de la historia por ella ha dejado una trayectoria de estilo omeya, gótico, renacentista y barroco. Sus paredes guardan curiosidades, historia, leyendas y datos relevantes que no pueden pasar desapercibidos. Si preparas tu visita a la ciudad, no olvides reservar tu entrada y toma nota todos estos datos que te harán mirar a este gran monumento con los ojos bien abiertos.
Ocho curiosidades sobre la Mezquita de Córdoba que debes saber antes de visitarla
La Mezquita de Córdoba fue la más grande del mundo
Con más de 23.400 metros cuadrados y con una capacidad para hasta 20.000 fieles, fue la mezquita más grande del mundo en el momento de su construcción, gracias a las ampliaciones realizadas durante el siglo IX y a su culminación durante el reinado de Almanzor en el siglo X. En la actualidad, supone la tercera de mayor tamaño, solo por detrás de las de Casablanca y La Meca
Una mezquita que no está orientada a la Meca
Una de las curiosidades más relevantes de la Mezquita de Córdoba es que no está orientada a la meca. El mihrab, el habitáculo que se encuentra en el centro del muro y que marca la dirección hacia dónde deben mirar los fieles durante el rezo, tiene una orientación Noroeste-Suroeste. La misma que las mezquitas sirias, ya que para ellas, La Meca se encuentra en el Sur.
856 columnas componen la Sala de Oración
La Sala de Oración es una de las imágenes más conocidas de la mezquita, esa que se te viene a la mente al oír hablar del templo y la primera estancia a la que se accede desde el Patio de los Naranjos. Este hito arquitectónico, que cautivó hasta a reyes cristianos que la protegieron durante la conquista, se compone de 11 naves longitudinales y 12 transversales, apoyadas sobre 856 columnas de mármol, jaspe y granito. Unidas entre sí por arcos dobles de herradura, con sus características franjas rojas y blancas. Una construcción que apunta hacia el cielo y contribuye a la inmensidad del templo.
El Patio de los Naranjos que albergó olivos, laureles y cipreses
El Patio de los Naranjos, en su inicio, no estaba poblado de los árboles que le dan su nombre. Iniciado bajo el mandato de Abderramán I, y destinado a las oraciones de los fieles, a impartir clases y celebrar juicios, establa cubierto de olivos, laureles y cipreses. Pero con el paso del tiempo, aproximadamente en 1512, han sido sustituidos por este árbol tan característico del sur de la Península.
La torre del campanario rodea un alminar
Desde el 2014 y después de 20 años de restauración, la Mezquita de Córdoba puede recorrerse a 93 metros de altura, subiendo los 203 escalones de su campanario, el cual ofrece una vista de pájaro del monumento y de toda la ciudad. Pero esta torre guarda un secreto, y es que está construida rodeando los restos del primitivo alminar de Abderramán III, datado en el siglo X, y del que todavía pueden observarse algunos vestigios.
La Mezquita de Córdoba es también una catedral
Después de la expulsión de los judíos y musulmanes de la Península, los reyes cristianos utilizaron el templo para el culto, pero en 1523 decidieron incluir en su interior una catedral. Bautizada como la Asunción de Nuestra Señora, y presidida por la imagen de la santa, que está representada en muchas partes del templo, pasando la Sala de Oración, dentro de esta mezquita musulmana se erige un templo cristiano.
La Columna del Santo Cristo del Cautivo o de la Uña
Entre sus muros, la mezquita también alberga leyendas. Una de las historias más conocidas del tempo es la de la Columna del Santo Cristo del Cautivo o de la Uña. Entre las capillas del Rosario y de la Epifanía se encuentra este pilar cuya leyenda cuenta que un cautivo cristiano pudo arañar el mármol de la columna, que se ablandó gracias a su fe, trazando sobre ella una cruz.
‘El Alma de Córdoba’, un espectáculo nocturno
Para los que prefieran una visita diferente, la Mezquita-Catedral brinda la oportunidad de vivir una experiencia única a través de las visitas nocturnas llamadas ‘El Alma de Córdoba’. Durante estas visitas, se presenta la fascinante historia de este monumento a través de un recorrido iluminado y guiado por efectos de sonido.
La experiencia comienza en el Patio de los Naranjos, donde se muestra una producción audiovisual que reconstruye la historia de la Mezquita-Catedral y de Córdoba. Luego, los visitantes pueden explorar los principales puntos de interés del interior del monumento. Las visitas están disponibles durante todo el año y tienen una duración de una hora, con un límite de 100 personas por sesión.