El cineasta italiano Matteo Garrone presenta una nueva adaptación barroca y oscura del clásico de ‘Pinocho’. Un cóctel donde la realidad y la fantasía juegan el papel fundamental.
Llega a la cartelera la película de ‘Pinocho’ más realista y oscura
La adaptación de los clásicos esta a la orden del día. Hace unas semanas fue Mulán y ahora le llega el turno a la película de ‘Pinocho’. La nueva versión de Matteo Garrone de la novela de Carlo Collodi se mantiene fiel al texto original para crear una cinta cuidadosa con cada detalle. La decisión, tanto estética como narrativa, es arriesgada aunque acertada; los decorados casi teatrales y la iluminación onírica chocan con una apuesta neorrealista de una Italia descuidada y peligrosa. Roberto Benigni, ya dirigió en 2002 su propia versión de Pinocho, una producción que frustró su carrera dada su mala acogida. Ahora en 2020 vuelve interpretando a Gepetto en un trabajo delicado y emocionante.
Para plasmar su diseño y estética de la película, Garrone ha confesado que se basó en las imágenes e ilustraciones de Enrico Mazzanti, autor de los dibujos de la primera edición y en la pintura ‘macchiola’.
El cineasta ha planteado una versión de ‘Pinocho’ barroca y oscura, aunque se aleja de la angustia que causa de la versión de Disney de 1940; que contiene escenas que, analizadas a día de hoy, provocan un cierto horror. El italiano ha apostado también por acercarse a un público adulto humanizando a los animales creados por Collodi en su novela, como el gato o el zorro. La muerte será un tema muy presente en la película, que alcanza la culminación con la aparición del hada.
Nicholas Brüel, encargado de la fotografía, nos la presenta próxima al tenebrismo. El maquillaje, las texturas y los efectos especiales son excelentes y cobrarán vida propia en la pantalla; Garrone y Brüel plasman escenarios naturales como si de decorados se tratasen, jugando con lo que es real y la fantasía.