La euforia del público en todos los momentos, antes, durante y sobre todo, después del concierto confirman una evidencia, Rosalía ha seducido en su primera noche en el Webster Hall de Nueva York. Una sala abarrotada y con el cartel de ‘sold out’ al son de ‘tra, tra’ tan personal. ‘¡Nueva York, mi nombre es Rosalía!‘, exclama la catalana mientras el público sigue en éxtasis por su primera interpretación, ‘Pienso en tu mirá’, canción que tararean incluso los que no hablan español. En medio de eufóricos gritos y aplausos, Rosalía fue recibida por los neoyorquinos que abarrotaban la recién reabierta sala en el East Village de Manhattan.
‘Nueva York, mi nombre es Rosalía’
El concierto en el reformado Webster Hall no tuvo anda que ver con su actuación en el festival de flamenco en Nueva York del pasado año. Entonces llenó el Joe’s Pub, pero este local es una minucia comparado con un aforo de unas 1.400 personas. Totalmente abarrotado. La barcelonesa ha entrado en el circuito comercial y su directo se ha convertido en un enorme espectáculo. Todo vendido. Rosalía solo iba a hacer un único concierto en la Gran Manzana, en principio anunciado para este martes. Pero, a la vista del interés, se programó uno más, el de este lunes y sucedió lo mismo que con el otro. Al poco de ponerse las entradas a la venta, se agotaron. Lo mismo ha sucedido en las otras plazas que ha visitado. Hasta fecha, en todos los recintos el público se ha volcado con su música y su show. Los espectadores cantan y bailan sus temas. La crítica le ha dado una buena recepción. Medios de prestigio como ‘The New Yorker’ han ensalzado su creatividad y su irrupción en el panorama musical por su originalidad.
Ante la aclamación de los presentes, Rosalía regresa a escena. Sola. Sin más acompañamiento que su voz, esta joven de Sant Esteve Sesrovires se arranca con ‘Volver’, el tango de Carlos Gardel. En medio de la euforia, se extiende el silencio para escucharla como muestra de respeto y admiración hacia la artista española.