Llega a los cines el esperado ‘reboot’ de Tomb Raider, quince años después de que se estrenase la secuela de la película original. El film cuenta con el protagonismo de Alicia Vikander y la dirección de Roar Uthaug. Al igual que se hizo con los videojuegos en 2013, la saga nos trae a una nueva Lara Croft que deberá decicidir qué hacer con su futuro.
Roar Uthaug nos trae una Tomb Raider muy cercana a los videojuegos
En el año 2001 se estrenaba una película basada en un videojuego rompedor en la época: ‘Lara Croft: Tomb Raider’ protagonizada por Angelina Jolie. Aunque tuvo éxito en taquilla, tanto esta como su secuela en 2003, la crítica no fue muy benévola con esta cinta calificándola como mero entretenimiento de verano. Y es que, lo que ofrecía era un estilo muy similar al de Indiana Jones.
Sin embargo, tras diez entregas en videojuego, los creadores decidieron renovar al personaje en 2013, volviendo a darle un nuevo inicio. Este inicio es del que se basa Roar Uthaug. El director islandés nos trae en su primer blockbuster un acercamiento a la historia del videojuego, algo que sus dos entregas anteriores en cine no tenía.
Como protagonista tenemos a la ganadora del Óscar por ‘La chica Danesa’ Alicia Vikander, en un papel que parece haberse creado para ella. En esta película, Lara Croft en una heroína con sentimientos y a la que todo esto de la aventura aún no le es familiar. Las escenas de acción están rodadas íntegramente por ella creando una Tomb Raider con mucha fuerza en pantalla.
La película está producida por Warner Bros y nos trae un mundo realista, alejado del mundo fantástico de las anteriores películas. Un mundo en el que Lara Croft tendrá que conseguir su puesto de ‘heroína de acción’ mientras consigue averiguar más detalles sobre la vida de su padre.