La Mona Lisa sufrió ayer un ataque en el Museo del Louvre por parte de un hombre que arrojó un pastel. El varón, en silla de ruedas y caracterizado con una peluca, atacó al cuadro al grito de «Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra». Por fortuna, La Gioconda no sufrió daños, ya que la tarta chocó contra el cristal de seguridad que la protege y los vigilantes actuaron rápidamente, expulsando al autor de los hechos en el momento.
Un hombre ataca la Mona Lisa con una tarta
El cuadro La Gioconda, de Leonardo Da Vinci, supone uno de los reclamos turísticos más importantes del Museo del Louvre en París. Numerosos visitantes se agrupan en la sala diariamente ante una de las obras de arte más famosas a nivel mundial que, a lo largo de su historia, se ha visto perpetrada por varios ataques contra ella. El último ha tenido lugar este domingo, cuando un visitante ha lanzado una tarta hacia el cuadro bajo la atónita mirada de todos los allí presentes, quienes han compartido el momento a través de sus redes sociales.
La Mona Lisa una joya del @MuseeLouvre, fue blanco de un ataque por un hombre que le arrojó un pastel. ‘Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra’, gritó el joven.
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— La-Lista (@LaListanews) May 29, 2022
Los vigilantes del museo limpiaron rápidamente el cristal protector, que evitó que la Mona Lisa sufriera ningún daño, tras el momento que quedó recogido en numerosos fotos y vídeos gracias a las cámaras de los allí presentes.
Este no es el primer ataque que sufre la obra de Da Vinci, cuyo mito ha crecido junto al vandalismo que rodea al cuadro. Comenzó en 1911, cuando un hombre robó el cuadro y lo ocultó dos semanas en su apartamento. En 1956 la Mona Lisa sufrió dos ataques, cuando un individuo la roció con ácido, dañando su parte inferior y, posteriormente, otro atacante tiró una piedra contra ella, lo que causó desperfectos a la altura del codo izquierdo. En 1974 una mujer roció un spray de pintura roja durante una exposición en el Museo Nacional de Tokyo. Tras este altercado, los responsables del Louvre decidieron protegerla con un cristal blindado a prueba de balas y tomaron la determinación de que la obra no volvería a salir de París.
Aún protegida, el cuadro no se ha librado de ataques, pues, previo al acontecido este fin de semana, una mujer en 2009 lanzó contra él una taza que había comprado en el propio museo. Si bien, el cristal evitó, al igual que en esta ocasión, los daños en uno de las obras más importantes de la historia del arte.