A punto de ser nada es un “blues” usual entre los pobladores de mayor edad en estos vecindarios. Lugares ahora enlazados con motivo de esta investigación por lecturas, obras, sesiones de campo, surcos y un ovillo de simas. Unas están excavadas en el tiempo, otras por el agua y otras con la dinamita.
«A punto de ser nada» es la primera expo del FCAYC tras la pandemia
Arrancar vida de las piedras presagia vacíos monstruosos a la punta de los dedos. Para percibirlos, es indispensable transformar éstos en pupilas, en tímpanos, en antenas. Supone imaginarnos, en suma, como nuevos seres en ciernes y por momentos capaces de evitar temblar ante ese “vacío”, el de un tiempo abierto en canal.
No dejamos de atender a cuanto nos rodea, situados aquí, al otro lado de las ventanas en estas escuelas rurales. Entre montañas, ríos, cultivos y pastos. Qué queda de paisaje en el paisaje o cuánto hay de naturaleza en la naturaleza, nos preguntamos. Al traspasar las puertas, nos asomamos a un antefuturo: una biblioteca de paisajes nunca materializados del todo, mutantes, mediante los cuales explorar un mundo por venir. Imágenes de perpetuas extracciones bajo y sobre el suelo. Pasados batidos y futuros en disolución.
Para trepar y descolgarnos por esos vacíos, escuchar su vibración y anudarles un mañana, hemos buscado entre restos de imaginarios y materias en estado de cambio, a punto de ser nada casi siempre. Hemos reunido algunos de ellos acompañados, campo a través, por Irene Grau, Juan López y Jorge Yeregui.
Al borde del abismo los portes arbóreos y erguidos de las Sigillarias y las Dicksonias filtraban el aire en el Carbonífero, antes de encontrarse con el filo de picos y hachas bajo el suelo hoy, millones de años después. Antes de mezclarse con voladuras e hidrogeles sintéticos para mutar, de nuevo al aire libre, en pastos del mañana y mercados de futuros. Ese es nuestro punto de encuentro.
En el camino hemos encontrado abundante compañía y además –es indispensable reconocerlo– el trabajo, las voces y las investigaciones previas de Ignacio Iriarte, Alberto Ruíz de Samaniego, Aurora Fernández Polanco, Lynn Margulis, Marisol de la Cadena, Andrés Díaz Herrero, Donna Haraway, Chema Sarmiento, Nikolaus Geirhalter, el Museo de León, la Real Academia de Artillería de Segovia o la Fundación Ciudad de la Energía_CIUDEN. A lo largo de este tiempo, también, hemos sentido el aliento y las aristas de otras formas de vida y materias: bisontes, urogallos, troglobios, humo y rocas de casi cualquier lugar, indispensables para poder seguir imaginando; y para no dejar, en definitiva, de seguir tocando –y conservando– el suelo.
Horario habitual de apertura de la exposición. De martes a domingo, de 12 a 14 y de 16 a 19 h. Acceso libre con aforo controlado.
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