Jardín de las mixturas propone una presentación de los trabajos de Alejandra Riera —“una serie de tentativas”, prefiere definir ella— a lo largo de más de dos décadas. La muestra se concibe como un espacio y un tiempo cerrados (la sala de exposiciones y su temporalidad programada), sino más bien como conjunto de lugares singulares vinculados por una trama narrativa abierta y una cierta libertad de circulación.