Exasperado por la situación, Julio César decide cambiar de táctica: como sus ejércitos han sido incapaces de imponerse por la fuerza, será la misma civilización romana la que se encargará de seducir a los bárbaros galos. Para ello, ordenará construir al lado de la aldea una lujosa residencia para romanos: «la residencia de los Dioses». ¿Podrán nuestros amigos galos resistirse a la tentación del dinero y el confort romano? ¿La aldea se convertirá en una simple atracción turística? Astérix y Obélix tendrán que esforzarse para frustrar los planes del César.
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