Automatics
Tras el espectacular regreso discográfico que supuso Big Ear (2015), sin lugar a equívocos su impecable cima creativa, la mítica banda de Linares vuelve tan solo dos años después con su quinto álbum de estudio demostrando que su vuelta a los escenarios en 2013 no fue algo casual.
Ruido Negro funciona como el cordón umbilical que conecta a los Automatics más canónicos –si esta definición es posible de aplicar dada la total y absoluta versatilidad artística de la que siempre han hecho gala- con la escena indie actual. Un trabajo en donde se atreven sin complejos a componer por primera vez temas en español pero siempre respetando una particular visión arriesgada y poco autocomplaciente con su propia música. Aquí es donde tenemos que señalar a Raúl Ruano -nuevo cantante desde 2015 y que ya defendió en directo Big Ear– que se descubre como pieza capital sobre la que edificar un magnífico presente que aporta frescura y empuje dotando a las diferentes canciones de una expresividad y técnica que abre inéditos caminos que seguir explorando en sucesivos trabajos.
Aunque como era de prever, en Ruido Negro el protagonismo recae como siempre en las guitarras –omnipresentes- y en una sección rítmica de incalculable oficio que sigue manteniendo la suficiente pegada para transmutar con pulso firme los amplios virajes sonoros por los que transita el resto de la cuerda, no en vano se ha recuperado al inconfundible Antonio Salas “Tete”, verdadero y carismático baterista original sobre el que pivotó la férrea y disciplinada estructura base de casi toda la discografía de la banda. Palabras mayores.
Tras cinco LPs y otros tantos singles y EPs está claro que Automatics han facturado tras su reunión dos de sus mejores trabajos hasta la fecha. Se suele decir que segundas partes no son buenas pero Automatics son una excepción y han mejorado con los años su capacidad de componer canciones emocionantes. Ruido Negro se abre paso –otra vez- como el mejor disco de Automatics.
Los Marcianos
Banda de pop nacida en Vigo en 2006. Desde le principio sus canciones se han caracterizado por ser un pop desenfadado, lleno de guitarras distorsionadas y con brillantes estribillos. Tras años de maquetas y montones de conciertos, editan “Esto va en serio» (2010). En 2013, nuevamente autoeditado sacan a la luz el single “Segundas Partes” donde se empieza a notar claramente por donde va su sonido hederero de bandas como Jesus And Mary Chain, The Wedding Present, Dinosaur Jr My Bloody Valentine, Los Planetas…
En febrero de 2016 editan “Una tormenta de canciones de amor a quemarropa» (2016), un LP 12” que contiene12 canciones, y que les consolida como una firme propuesta para recuperar el auténtico sonido pop en el indie nacional. Canciones directas, estribillos pegadizos, guitarras sucias que miran de frente nuevamente al indie noventero y en ocasiones al shoegaze.
La Fábrica de Chocolate club. Calle de Rogelio Abalde 22. Vigo