Llega la Navidad y con ella el recuerdo de aquel ser divino que se hace niño en medio
de la naturaleza, en una oscura y fría cueva. El Cristo que nace en Belén se presenta
como el “avatar” de la nueva era de acuario, en cuanto a encarnación
y manifestación de la Divinidad en la tierra.
En la película épica Avatar (2009) de ciencia ficción sus habitantes viven en un paraíso
de bosques, aguas y montañas. El ser humano está llamado a alcanzar la comprensión
de la realidad y de la propia naturaleza. Conseguir la iluminación es uno de los objetivos
del ser humano renacido y conseguir unos nuevos cielos y una nueva tierra viviendo
en comunión con todos los seres de la creación.
El gran árbol sagrado ubicado en medio del bosque es un mito que entronca con la cuna
de la humanidad y se refleja en múltiples manifestaciones del simbolismo en todos sus ámbitos.
Y dentro de ese bosque mítico, dentro del tronco de un hueco roble, se manifiesta
la piedra filosofal, la divina energía que permite llevar a cabo la transmutación de todo nuestro ser.
Y es esa energía del Cristo la que nace en una fría noche de navidad, la que ha de nacer
dentro de nuestros corazones y transformarnos en un ser nuevo.
En un mundo que se está autodestruyendo donde se viven mil y una guerras, donde los niños
siguen muriendo de hambre, es preciso despertar a una nueva realidad que nos permita devolver
a la naturaleza y al ser humano con ella, a su estado original. Es la única forma de conseguir
que la paz proclamada por los ángeles en tan fausto acontecimiento llegue a nuestros corazones
creando un paraíso armónico donde seamos capaces de hacernos uno con la naturaleza.
Toda la creación, la humanidad entera esperan el día en que la naturaleza será restaurada
completamente haciéndose más patente el mensaje que ese Divino Niño vino a transmitirnos
en una fría noche de navidad.
Del 5 de diciembre de 2019 al 6 de enero de 2020
BELÉN MONUMENTAL – Asociación Belenista Castellana
Cristo, Avatar de una nueva era.
Sala de las Francesas.