Blackbird es un espectáculo con un bagaje sonoro que pasa por buena parte de la diáspora africana en las Américas. Recrea partes de la alegoría del Carnaval de Brasil como discurso contestatario a la opresión sistemática que sufre el pueblo afrobrasileño. Un ser quimérico, parte hombre y parte pájaro, confronta a su propia psique. A través de un ritual, estas contradicciones formadas en su mente se encarnan en espíritus contra los que lucha. Sus ancestros lo acompañan y lo protegen desde un plano paralelo. Utilizando máscaras (en concreto aquellas que vienen de un pueblo del Recôncavo Baiano, donde se conmemora la libertad de los esclavizados), se encubren y revelan facetas del ser humano.
La puesta en escena se materializa a través de un lenguaje corporal único que incorpora el circo, a la vez que explora las danzas provenientes de la diáspora africana, como pueden ser la capoeira, el house, el krump y las danzas afro.
Marco Motta es acróbata aéreo especializado en cintas aéreas y contorsión.