Desde que hay reyes existen los bufones. La contracara del poder, un cetro de juguete y una corona terminada en cascabeles.
La falta de respeto por lo sagrado los consagra cómo el hongo que corrompe la carne sellada, el recuerdo lacerante de que la muerte nos acecha, de que todo viaja sobre su propia degradación hacia la entropía y que todo lo sólido se desvanece en el aire. Por eso deberíamos reírnos frente a las fauces del abismo.
Las princesas serán el blanco apolíneo hacia donde esta Bufona apuntará sus dardos envenenados, las cortes imaginarias desde donde se ha gobernado la identidad femenina y su vínculo con el orden establecido. Pero el soberano público será el invitado de honor en este banquete de manjares de sabor dudoso.
14 de julio. 21:30 h
15 de julio. 20 h