La exposición ‘Caligrafía y pensamiento’ a partir de abril, gratis, en los talleres didácticos de la planta -1 del Museo de la Evolución de Burgos.
Las letras, las sílabas y los vocablos, los elementos con los que nos identificamos
El ser humano más incipiente humanizó la naturaleza, contrajo sus huellas que vaticinaron otro sistema comunicativo. Después, cuando anotó con grafismos lo que pensaba se habían forjado los nuevos modos de transmitir e incidir en los demás, de plasmar pensamientos para que los tiempos futuros fueran también conocedores de la escena. Esta exposición recoge el grafismo a lo largo de más de ocho siglos, en los que el ser humano se anotó e inscribió con incipientes caligrafías.
Por eso, nos damos cuenta que del mismo modo que las huellas dactilares son irrepetibles, lo son también los trazos de la escritura personalizados en cada individuo. Corroboramos el dibujo de las letras, de los signos, a lo largo del tiempo. El modo más personal de comunicar. Porque en esta exposición ofrecemos la escritura como eslabón iniciático y tangible, como elemento a tener en cuenta, ya que cada individuo, utilizando signos, se identifica en ellos. Es el creador de alegorías mimetizando el tiempo, pintando en los espacios donde piensa, diferenciando los signos como peldaños de la gran escalera en la que vivimos.
Admiraremos la configuración de las letras, las sílabas y los vocablos en el nexo fértil de la escritura. Desde la Edad Media contamos con abundancia de signos y lenguas comunicadoras para que sepamos nutrirnos y entendernos con quien contempla el tiempo a nuestro lado