Carmina Burana llega a San Javier.
Nos adentramos en la vida llena de rituales de una comunidad bárbara de humanoides intentado resurgir de una existencia en las ruinas de una civilización, luchando por sobrevivir, luchando con sus miedos, intentando vivir a través de todas las cosas que les manda el destino.
El sino, que a veces trae buenas cosas, amor, amistad, y a veces trae tristeza o muerte. Una niña que va a tener una corta vida, puede sentirse verdaderamente feliz por un momento, cuando el amor le hace olvidar todas las desgracias, y le hace creer en una vida que puede ser diferente, y mejor. Pero la fortuna es cruel. No le importa la belleza del momento. Viviendo a través de decepciones, alegrías y miedos podemos aprender mucho más sobre nosotros, nuestros destinos, sobre nuestra propia humanidad.
La compañía
La compañía predecesora se estableció en 1987 bajo el nombre de Szeged Dance Ballet, dirigido por el coreógrafo Zoltán Imre (1943-1997) recién llegado de Gran Bretaña.
Desde el comienzo su estilo se caracterizaba por técnicas de danza moderna y dance teatral. András Pataki y Tamás Juronics fueron nombrados directores en 1993, y empezaron creando una nueva imagen de la compañía ahora llamada Szeged Contemporary Dance Company. Enfatizando la variedad de repertorio (la mitad del mismo consiste en trabajos de conocidos coreógrafos extranjeros) la Szeged Contemporary Dance Company no solamente se ha convertido en la formación de danza contemporánea líder en Hungría sino que ha ganado también prestigio y fama en toda Europa. Su estilo tan único está caracterizado por una mezcla de movimientos acrobáticos, elementos de danza y efectos visuales, interpretado con altísimo nivel técnico y artístico.