Pese a ser considerado unánimemente ‘nuestro’ género lírico por excelencia, la zarzuela caló también hondamente en todos los países de Hispanoamérica como consecuencia de la intensa presencia española antes y después de la emancipación. Buen ejemplo es Cuba, donde están registradas más de 3.000 partituras asociadas al género. Entre ellas, la obra de Gonzalo Roig Cecilia Valdés, todo un símbolo de la cultura popular cubana. Este intenso drama sobre los trágicos amores de una mulata y un hacendado español es, según el director musical Óliver Díaz "una perfecta amalgama entre la gran tradición operística europea, la zarzuela y la música afrocubana".