Más allá de los grandes y conocidos episodios de Cervantes, Ernesto Arias revela la pluralidad de voces de esta incomparable novela: el autor, el narrador, el escritor, el lector y el personaje se representan bajo la sencillez del cómico ante el libro.
Para esta lectura en vida, se han seleccionado tres capítulos que ponen de manifiesto el fascinante y diverso uso cervantino de la lengua: el prólogo, el episodio de la «edad dorada» y la graciosa plática de Sancho y Teresa Panza. De este modo, queda representada la lengua irónica del autor/narrador; la lengua del Quijote y su finura de pensamiento; y la lengua de Sancho y su mundo popular.