Hija de un cantante de ópera y de una artista musical, Kadhja Bonet iba para violinista pero muy temprano se hizo compañera inseparable de una guitarra que acompaña desde entonces su formidable voz. Californiana, esta cantautora mezcla intuitivamente el pop con el folk nortemaericano en temas de tonalidades suaves y melodías irresistibles que beben de las esencias del soul y el jazz y se adentran en ricos paisajes orquestales. Debutó en 2014 con la publicación del sencillo ‘Tears for Lamont’. En septiembre de 2015 llegaría el EP The Visitor, larga antesala de la publicación del LP Childqueen, trabajo escrito, interpretado, producido y mezclado por ella, que aborda la etapa de la niñez. Un universo íntimo y muy personal que subyuga a la primera escucha.