La música de Lila Downs pertenece a las dos riberas del Río Grande. Heredera de dos culturas, la mexicana y la norteamericana, la cantante de Oaxaca recupera y reinventa la música tradicional mexicana. Hija de un norteamericano de origen escocés, cineasta y pintor, y de una indígena mixteca, desde pequeña se interesó por la música y en sus discos se acompaña de instrumentos precolombinos, de folklore mexicano y de influencias del jazz, gospel y hip hop. Tras su La cantina. Entre copa y copa, llegaron Ojo de culebra, Lila Downs y La Misteriosa en París, un disco en directo en el que repasaba todos sus éxitos, Pecados y milagros y Balas y chocolate, publicó Salón, lágrimas y deseo.