Manuel Carrasco, como si de un héroe de la literatura se tratara, tiene unos orígenes de lo más humildes. A pesar de tener un título de Auxiliar de Electrónica este ‘triunfito’ de la segunda hornada, trabajaba junto a sus hermanos en una cuadrilla como pintor. No sabía nada de solfeo pero, a pesar de ello, le llamaba la música, así que componía de oído, sin saber leer notas ni reconocer los acordes que tocaba. Tras su paso triunfal por la Academia, ser finalista le permitió grabar su primer disco, Quiéreme. Regresó con su segundo álbum Manuel Carrasco, con la intención de demostrar que lo suyo no era flor de un día. Luego llegaron Tercera parada, Inercia, Habla, que el onubense reeditó más tarde bajo el nombre de Habla II, Confieso que he sentido, Bailar al viento y su más reciente trabajo titulado La Cruz Del Mapa.