Dueña de una magnífica voz, llena de sensibilidad y agraciada con una inspiración fecunda a la hora de componer, María José Hernández debutó en 1997 con La línea del cielo, al que siguió, siete años más tarde, El mar del deseo, en 2006 publicaba Círculos concéntricos y después nos sorprendió con Señales de humo, en el que seguía manteniendo la sensibilidad creadora y muestra su talento. Después de Las Uvas Dulces, en el que cantaba a José Antonio Labordeta, regresa con Vivere memento, junto a Luis Delgado y Joaquín Pardinilla.