Estos jóvenes alemanes pa¬recen haber veraneado eter¬namente en Ibiza y desde hace años nos bombardean con propuestas de electrofolk capaces de hacerte bailar en el coche, en el metro y si te pones pesado hasta en la pista con una coartada de felicidad sempiterna que se renueva cada tres o cuatro minutos con sus canciones. Stolen Dance solo fue un aviso, pero el ahora trío Milky Chance demostró que puede replicarse hasta el infinito como esos bichos que viven sin luz y no necesitan sexo para reproducirse, aunque obviamente lo que ellos proponen es mucho más agradable y no desprecia lo sensual, al contrario. En formato electrónicamente acústico funciona muy bien un directo relajante pero que excita.