Posiblemente uno de los cuartetos de cuerda más conocidos y valorados del mundo. Su dedicación a repertorios poco explotados en el ámbito de la música culta –de Hendrix a Piazzolla- y su aventurada manera de encararlo les ha convertido en toda una rara avis para los degustadores de rarezas sonoras. Han tenido muchos discípulos –Alexander Balanescu quizás sea el más imaginativo- pero siguen siendo los más sorprendentes. Llevan ni más ni menos que cuarenta y cinco años de trayectoria, en los que han pisado los mejores auditorios de los cinco continentes dando miles de conciertos.